Fuera de nuestros frentes más habituales , que no son pocos, es raro que nos salgamos.. pero de vez en cuando, no está de más y le da otro toque a la monotonía de los días de montaña pura y dura. Y al ser de esta manera, que nos apuntamos hasta a un bombardeo, en cuanto nos llega la primera noticia del evento, por parte de "las altas esferas" melidesas sobre dos ruedas, nos falta tiempo para sacar el marcador y ... redonchel al calendario.
Lo que para un@s es dejar pasar los días, para otr@s es un no parar. Preparativos, quebraderos de cabeza, echar tiempo aquí y allá junto a un largo etcétera de trabajo por amor al arte; todo con el fin de que el viernes a las puertas del "día D", este todo apuntó para el disfrute de tod@s l@s participantes del evento ciclista del XV aniversario del club ciclista Melidés.
Bonito cielo azul adereza el comienzo del día, tras una noche de nervios combinados con las ganas de disfrutar sobre dos ruedas. Después de enfundarnos en galas que no son las nuestras y tener un desayuno liviano, con ese ligero frescor mañanero que augura un buen día dejamos las cuatro paredes de casa rodando no por comer demasiado sino por ir montados en la bici.
En pocas pedaladas, que terminan de desperezar al cuerpo, llegamos al "jaleo". Caras conocidas y muchas por conocer esperan entre la salida en las escuelas de Mélida y el centro cívico donde después espera lo mejor. Saludar a un@s y otr@s. Entablar conversaciones con quienes no veíamos en tiempo. A punto de que el reloj nos mande a la línea de salida, vamos apiñándonos mientras hay quien llega con el tiempo pegado al trasero o quién rozando el quedarse en tierra.
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Foto de Cande |
Tras la foto de rigor y las presentaciones de quienes llevamos la vara de mando en cada recorrido, l@s titanes de la larga quedan a la espera y con un variado grupo en que abundan l@s autocton@s arrancó hacia los parajes de la Bardena.
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Empujados por leve brisa y dejando a la espalda las calles de Mélida, entramos al tema pedaleando con calma por caminos entre campos de cultivo y tras cruzar la casi seca acequia de Navarra, afrontamos de buenas a primeras cada cual a su ritmo el mayor de los esfuerzos de la vuelta y subimos la cuesta de Lentiscar alcanzando El Plano ... |
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... donde navegamos a buen ritmo y sobre terreno llano entre más campos, intimidando la tropa incluso algún tractor que se sale de la trazada para dejarnos paso, ... |
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... y atravesando unos cuantos cruces con buena mano para no perderse, pillamos la bajada de Valdeochoa con una primera zona rápida llena de afilada vegetación terminando por terreno árido y de más "tacto" en el fondo del Vedado de Eguaras. |
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Rodeados de lo que hace no mucho era un verde oasis en estos parajes desérticos pero donde a día de hoy domina más el color negro del paso de las llamas, nos reagrupamos cuando vuelve a hacer falta pedalear. Aventajados de más sobre la hora y sin saber muy bien como cambiar las tornas.. alguien tira la piedra de porque no acercarnos hasta el castillo de Peñaflor y consensuado entre tod@s ,que aceptan de buen agrado, resulta como una bendición caída del cielo. |
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Saliendo de lo planeado, avanzamos sin dificultades y en la más absoluta soledad en dirección hacia donde sale el sol por la amplia vaguada del Vedada, flanqueados por verticales paredones de arcillas y yesos ... |
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... para acabar a los pies de las ruinas del torreón de Peñaflor, envuelto no solo por un peculiar paraje sino por historias y leyendas. |
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De vuelta al "buen camino", con una estampa que recuerda que la mano del ser humano puede hacer cosas hermosas pero a la vez otras devastadoras ... |
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... entre pinos carrascos, brezos, otros arbustos y esas "bolas" que nos transportan por un instante al antiguo oeste, seguimos a contracorriente de la vaguada del Vedada de Eguaras; sorteando algún entretenido tramo que el paso del agua se ha encargado de moldear ... |
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... y encarando fuera del Vedado, apretamos por las últimas rampas del rincón de los Tambores junto a alguna balsa de agua ... |
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... viendo por atrás "el corazón" de la Bardena Blanca Piskerra, Rallon y la zona protegida de "aves supersónicas y metálicas" ... |
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... hasta encontrar el avituallamiento casi al final de la cuesta y en el mejor de los momentos. |
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Dejando las bicis aparcadas, estiramos las piernas en lo que vamos de ellas a la mesa y los brazos para pillar algo de los platos, mientras por un poco descansamos y reponemos fuerzas.. que lo más duro está hecho, pero aún queda la mitad del recorrido. |
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Sin dar opción a que el cuerpo se enfríe de más o se vea conquistado por la pereza, reemprendemos la marcha de regreso con el final de la "escalada" como postre para salir a El Plano ... |
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... con todo el viento a la contra, tocando pelear cada vuelta de rueda contra el desagradable freno norteño a la vez que avanzamos "sin perder el norte" por otros tantos caminos y cruces ... |
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... apareciendo, mínimo con la mitad del picoteo "quemado", a orillas del embalse de El Ferial. |
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Un poco de asfalto y una rampa nos conducen de nuevo junto a la acequia, que esta vez toca cruzar desmontad@s por un estrecho puente. El final se ve cercano, aunque no lo este tanto, e igual de fresc@s que lechugas recién recogidas del huerto arreamos de vuelta a la cuesta de Ventiscar; donde la idea de otra no se impone a la de una cerveza fresquita y remando a la contra del cierzo, zanjamos la bonita vuelta.. quedando tan solo la etapa de la tarde 😜. Esa en que te sientas a la mesa. Comes y bebes agusto. Hablas, echas unas risas y pones la guinda a un bonito día digno de repetirse. |
Fotos de Leyre