domingo, 31 de octubre de 2021

"The Last chance": Vivac en la Brecha de Roland

Retrocediendo algún que otro año, las fuerzas de la naturaleza se postularon a nuestra contra y de manera poco amable nos tiraron por tierra  aquel bonito plan de vivaquear en la impresionante brecha de Roland.. e igual que otros miles de planes se quedó ahí en el gran montón perdido. Pero la imparable corriente de esta sociedad, que solo prohíbe y prohíbe en vez de enseñar y concienciar, nos obliga a desempolvarlo sin muchas opiniones sobre la mesa. Deprisa y a las puertas de una de nuestras últimas oportunidades de vivaquear por alla, antes de que sean cosas del pasado, cuando los cielos nos dan el visto bueno y sin hacer demasiado caso a los primeros frescos; preparamos mochilones y la mecha de una nueva aventura prende.

En esos momentos del día que much@s podrían creer que son leyenda urbana y otr@s tantos ni si quiera son persona; abrimos un ojo y con el otro a medias, hay quien salta con alegría de la cama y otr@s a duras penas salen arrastras. Aún con las calles pues a medias enganchamos los mochilones, que parece que nos vamos para no volver y en la oscura noche ponemos rumbo hacia el pirineo.. hacia QUIZA uno de sus rincones más bonitos, pero a su vez más masificados.. EL VALLE DE ORDESA.
Con más compañía de la prevista, mientras oscuridad y claridad van cambiando de turno, viajamos a Torla; donde un gran día, que ya lo podíamos a ver pillado la última vez, nos da la bienvenida. Para lo temprano que es, se nota bastante movimiento; así que sin demora cojemos las mochilas con extra de peso por la paciencia y en un bus hasta los topes nos plantamos en la pradera de Ordesa.

Sin seguir a la corriente de gente que se dirige al espectacular valle de
Ordesa, tiramos de vuelta a Torla por una boscosa y solitaria senda a
la par de la carretera que nos sirve de llano calentamiento hasta
encontrar el camino de Carriata; donde se acaba lo bueno y empieza
 la "diversión", subiendo a paso tortuga todo tieso y sin descanso junto
 al bco. de Salarons entre multicolores hayas y abetos mientras
nos adelantan un@s cuant@s
mucho más ligeros de equipaje antes
de abrirse el bosque bajo el circo de Carriata.
Fijando la mirada en la gran muralla rocosa; en el sentido de más esfuerzo continuamos por una remarcada senda entre las herbosas laderas de Carriata detrás de dos majos montañeros veteranos que a la noche podrían ser vecinos, viéndonos obligados a usar las manos en varios pequeños y fáciles resaltes rocosos ...
... con lo que vamos dejando a nuestros pies el valle que baña
 el Arazas y a la vez que el panorama se va ampliando en lejanía ...
... acabamos por pegarnos a las imponentes paredes,
a cuya vera y bordeando el abismo sobre la fajeta y
 el bco. de Salarons damos a las clavijas de Carriata.
Metiéndonos en materia de hierros y verticalidades , superemos
un escalón tumbado con algunas clavijas al que sigue
directamente la trepada final por una vertical y estrecha chimenea,
en la que los mochilones "liman" un poco las paredes y nos alza
con facilidad al primer piso del circo de Carriata.
Viendo desde su misma altura un muy poco llamativo
Tozal del Mallo, lo dejamos a un lado ...
... y continuamos todo recto hacía el siguiente "piso"; subiendo al cobijo de las laderas de Mondarruego y Gallinero, siguiendo un bien dibujado y pedregoso camino entre la hierba seca que va dando paso a un terreno cada vez más rocoso ...
... pero que esconde todavía alguna bonita sorpresa floral ...
... desviándonos a la derecha cuando aparece ante nuestras narices
 la cúspide de la gran pirámide de Mondarruego; y tras salvar
pateando un último escalón rocoso, nos plantamos a las puertas
 del extremo occidental de la conocidísima FAJA DE LAS FLORES.
Guardadas las espaldas por las primeras grandes cumbres de Ordesa ...
... nos acomodamos en privilegiada posición y  sacando algo bueno de la mochila, admiramos el panorama hacia el valle del Ara y las cumbres que se desgajan hacia el Sur de la línea pirenaica; cruzando palabras con una agradable cuadrilla que van hacia Goriz y nos comentan como que han oído que hay hielo por allá arriba, quedándonos la sensación de que es raro pero por si acaso.. probaremos a ir sin bajar la guardia.
Dejando a nuestros pies el circo de Carriata y echando
 un último vistazo a los dominios del ser humano ...
... emprendemos el colgado camino por mitad de las paredes del pico Gallinero; avanzando a placer y con demasiada sombra por la ancha terraza pedregosa a la par
del abismo con algún que otro obstáculo de grande dimensiones ...

Foto de Leyre
... además de algunas flores, está vez haciendo honor a su nombre, que adornan el colgado suelo ...
...mientras dominamos sobre la Pradera de Ordesa, unos cientos de metros más abajo ...
... y atrás va quedando la Sª de Tendeñera y los más sombríos parajes abismales ...
... continuando la pateado por largo camino , aunque a la vez corto en el tiempo, y con poco o ningún cansancio bajo el vuelo de cantantes pajarillos  y el zumbido de mucha avispas o abejas a la vez que nos cruzamos con multitud de gente que viene a nuestra contra pero que en ningún momento nos molestamos  ...
... hasta quedarnos sobre el siguiente "bocado" que interrumpe el
valle de Ordesa; el circo de Cotatuero, "temido" nombre por sus clavijas.
Por un momento detenemos la marcha y oteamos el gran escenario protagonizado por las Tres Serols, que de primeras nos habían parecido cumbres más occidentales. Al poco de estar parados, volvemos a juntarnos con la cuadrilla del principio de la faja, echando grata conversación montañera con hasta algunas explicaciones de Ordesa y la zona algun@ poniendo en práctica lo que va aprendiendo .
Excediendo no demasiado la conversación, pues la luz del día no
espera a nadie y aún podíamos haber seguido por buen rato más; 
zanjamos en llaneante andanza nuestra "cola" de la faja y siguiendo
 algunos hitos además de un pisado rastro por amarillentos pastos,
atravesamos en la más absoluta soledad la majada de Esmoladera
donde los sarrios pastan a sus anchas ...
... dirigiéndonos a un tumbado escalón de lapiaz, apareciendo tras
superarlo en la "desierta" plana de Narciso, que cruzamos al través
sin camino ni nada parecido sobre arenoso suelo moldeado por algún cauce
 ahora seco y acabando frente al muro rocoso que cierra por el N,
salimos de la hondonada trepando fácilmente el paso de los gabachos ( I) ...
Foto de Leyre
... apareciendo muy cerca del impresionante muro fronterizo y su perfecto tajo, la brecha de Roland. Ante tal maravilla y con rugidos feroces desde hace un rato, damos el gusto al estómago a la vez que espalda y piernas se llevan un merecido descanso.
Queriendo pillar una buena "habitación",
retomamos la marcha entre artísticas calizas ...
Foto de Leyre 
... quedando a la derecha El Casco, una de las muchas pendientes,
y sus estribaciones occidental que nos sirve de guía y la meridional
en donde se esconde la Gruta de Casteret ... 
... a lo que remontamos, echando toda la energía recién respuesta, las últimas y caóticas rampas rocosas de la vertiente soleada del pirineo siguiendo un pisoteado camino junto al bco. de derrubios ...
... llevándonos ante indebido jaleo de música, vuelo de drones prohibido aquí, pena de no pillar al dueñ@ para comentárselo y un largo etcétera .. que empaña totalmente la magia de la brecha de Rolando.
Apenas saboreando el impresionante paraje, lo dejamos para un momento más adecuado, y pegados a la vertical, "rastreamos" cada milímetro de pared hasta dar con un lugar que nos deja prendados al instante.. aunque podría ser que las ganas de no seguir más también tuvieran algo que ver 😜.
Foto de Leyre

Con tiempo por delante para que se baje la persiana del sublime día, nos acomodamos en una suite de duro colchón,  una fina pared y un gran techo que se desprende desde el casco; dejando pasar el rato contemplando el horizonte y el jugueteó que van teniendo las nubes entre las alturas de Ordesa. Adelantándonos al decaer de la luz, encendemos los fogones y comienza "masterchef mountain"  acompañando al manjar chorizo y queso para poner la guinda al día con un espectáculo de luces que nos manda, al poco de salir las estrellas, directos al catre y su calor.

Antes de que el "gallo" toque diana, nos ponemos en danza. Lo primero, antes de que nadie aparezca por alla arriba, nos vamos a disfrutar de lo que nos privaron ayer con tanto jaleo y nos llevamos de regalo extra un colorido horizonte.
Con una sonrisa tempranera a punto de dar comienzo la mañana, dejamos todo medio recogido y sin tardanza tomamos buenos asientos para mientras desayunamos algo caliente, con más capas que una cebolla, nos maravillamos con el bonito asomar del sol, que nos encandila más rato del previsto.
Cuando el reloj se impacienta y el ambiente se caldea para salir agusto de la "caverna", nos entran las prisas y dejamos el vivac igual o mejor de lo que lo encontramos. Tras un poco de jugar al tetris con las mochilas, las echamos a la chepa y empieza el regreso hacia las bajuras de Ordesa.

Despedidos de la brecha y su magia, empezamos la jornada
plácidamente, bajando por deslizante senda al otro lado del caótico
 barranco pegados a los paredones que nos separan de Francia ...
... pero sin llegar a tocar fondo, pasando del desvío a la vía de
la chimenea, cojemos un segundo para atravesar a media ladera y con
 ayuda de una cadena el inclinado Paso de los Sarrios ...
... haciéndonos ganar el mayor desnivel del día hasta un
 collado bajo la vertiente S del Casco; que con pena y
no por falta de ganas, queda pendiente para el futuro.
Siendo lo que resta "coser y cantar", sacamos de bajo manga otra opción y el camino normal lo dejamos a un lado para sin perder altura adentrarnos en la Faixa d' Alto en la que se permite el transito, más abajo zona de reserva  y avanzar sobre quebradizo y agrietado terreno calizo ...
Foto de Leyre
... rumbo a las colosales "entrañas" de la cordillera pirenaicas,
 a la par de la plana de Millaris y el valle de Goriz ...
... con solo la compañía de alguna manada de sarrios y algunas chovas
 que nos siguen a ver si pillan alguna migaja de lo que comemos ...
Foto de Leyre
... mientras contemplamos las tres Serols que ya tienen un poco muy tímido colorido de invierno ...
... y después de largo llaneo entre rocas y hierba colgados junto a las alturas que al otro lado caen en vertical hacia Gavarnie, tras pasar el Tozal del Flaire vamos perdiendo altura en busca del refugio de Goriz ...
... cruzando por la parte más facil su salvaje barranco , llegando
 a los pies del Perdido y la Pta. de las Escaleras. 
Dando la espalda a la gran montaña del lugar, nos unimos a algun@s
que parecen venir de ella y siguiendo uno de los muchos posibles
caminos, nos dejamos caer con ligera pesadez en las piernas hasta
 el refugio de Goriz. Sumido en la mas apacible tranquilidad y bastante
cambiado desde la última vez que lo visitamos.. hará ya cerca de 4 años.
Queriendo que el cansancio no domine la situación, rápid@s nos amoldamos al cambio de altitud y ponemos la mira por abajo, dirigiendo nuestros pasos sin perdida ni frenos por la GR11 y los últimos coletazos de " pura naturaleza" ...
... terminando por bajar al fondo del muy visitado y demasiado maltratado
 valle de Ordesa, tras destrepar las entretenidas clavijas de Soaso.
Después de un vistazo fugaz y lejano a la famosa cola de
caballo, con no mucha gente a su alrededor ...
... enfilamos el valle en la comoda dirección del cauce del Arazas,  colmando la vista con un paraíso lleno tanta suciedad, que si nos parábamos a recoger toda, todavía estábamos por alla de colores otoñales ... 
Foto de Leyre
... entre el que descendemos por largo y sin descanso, pasando las gradas de Soaso,
 las tres grandes cascadas del valle y tras el impresionante circo de Cotatuero,
con las piernas diciendo que ya no quieren seguir más, damos a la
pradera de Ordesa y cerramos uno de los capítulos inacabados y más bonitos
que nos traíamos entre manos.. nuestro último vivac en el sector de Ordesa.
Foto de Leyre
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martes, 26 de octubre de 2021

"Cuando las cuatro van antes de las dos": Esparatz Trail

Cuando hay algo que funciona, lo mejor ha sido siempre no tocarlo, pues casi con una fiabilidad del 99%, el resultado es una pifiada monumental.. y ahí me veo envuelto en una fatídica semana de alti-bajos con más bajos que altos provocada por este mundo que no da,  sino que impone opciones en todos los aspectos que se piense. Por suerte todo río acaba de nuevo en su cauce y en el último día de la semana,  parece cumplirse y vuelvo a las andadas. Aunque con nueva compañía, que a una mala puede tirar del "carro".

Igual que algún que otro año atrás;  amanezco temprano y más ilusionado que un niño en navidades. Una vez arreglado, echo un trago y dos bocaditos al cuerpo, para a las ocho junto al figura de cuatro patas salir al mundo. Sin destino definido, vamos a alejarnos de Pamplona una por una y en cuanto se abre el "escaparate" de montañas que nos rodea.. según voy viendo lo comidas por las nubes que están, las voy descartando y acabamos encaminados hacia los dominios de El Cabezón.
A orillas del Arga, entre las cálidas aguas del Balneario y el estrecho puente de Belascoain, echamos amarras con alegría sobre todo del acompañante y respirando frescor mañanero apuntamos hacia uno de los conocidos de los montes de la cuenca.

Animados por los primeros rayos de sol, enganchamos la GR220 y apretamos cuesta arriba sin preámbulo ni tapujos viendo por un rato las murallas de Etxauri pero acabando engullidos por las frondosas laderas del Ollakarizketa ...
... vamos, devorando casi todo el esfuerzo que hay, hasta unirnos a una de las muchas cañadas navarras en el collado que separa el valle de Etxauri del de Guesálaz .
Dominando unos instantes sobre Guesálaz y sus dos llamativas peñas ...
... nos desprendemos de la GR220, que continua a nuestra
espalda hacia El Cabezón, y avanzamos a toda mecha por
el arbolado cordal siguiendo unas pintadas verdes hasta
que unas últimas rampas de hacerte sacar la lengua
 y dejar "picorcillo" en las patas entre restos de desbroce ...
 ... nos dejan sin previo aviso en terreno abierto,
en plena cima de Esparatz (1022 m).
Intento de foto en lo alto del Esparatz (1022 m)
con el rebelde de cuatro patas.
En la breve parada por las alturas, con un ojo en Orhi que corretea de lado a lado de la cima; con el otro oteo el panorama hacia el S con  el pantano de Alloz, Montejurra, la zona de tierra Estella y la inconfundible muralla de Lokiz ...
... mientras sobre nuestras cabezas sobrevuela una cuadrilla de
 buitres, que nos avisan de que se acerca la hora del almuerzo.

Como almas que lleva el diablo, sumando hambre y pendiente, deshacemos el cordal en un "periquete" y cojiendo de nuevo la GR de La Cuenca , detrás de la bala perruna, "vuelo" a ras de suelo por la bonita y sinuosa senda regresando a las "bajuras cereceras" zanjando una pequeña vuelta mañanera, que menos es nada y de paso pone un buen comienzo a otro día más de chutarse tinta, páginas y lecciones.
🗻Del Rìo🗻