Retrocediendo algún que otro año, las fuerzas de la naturaleza se postularon a nuestra contra y de manera poco amable nos tiraron por tierra aquel bonito plan de vivaquear en la impresionante brecha de Roland.. e igual que otros miles de planes se quedó ahí en el gran montón perdido. Pero la imparable corriente de esta sociedad, que solo prohíbe y prohíbe en vez de enseñar y concienciar, nos obliga a desempolvarlo sin muchas opiniones sobre la mesa. Deprisa y a las puertas de una de nuestras últimas oportunidades de vivaquear por alla, antes de que sean cosas del pasado, cuando los cielos nos dan el visto bueno y sin hacer demasiado caso a los primeros frescos; preparamos mochilones y la mecha de una nueva aventura prende.
En esos momentos del día que much@s podrían creer que son leyenda urbana y otr@s tantos ni si quiera son persona; abrimos un ojo y con el otro a medias, hay quien salta con alegría de la cama y otr@s a duras penas salen arrastras. Aún con las calles pues a medias enganchamos los mochilones, que parece que nos vamos para no volver y en la oscura noche ponemos rumbo hacia el pirineo.. hacia QUIZA uno de sus rincones más bonitos, pero a su vez más masificados.. EL VALLE DE ORDESA.
Con más compañía de la prevista, mientras oscuridad y claridad van cambiando de turno, viajamos a Torla; donde un gran día, que ya lo podíamos a ver pillado la última vez, nos da la bienvenida. Para lo temprano que es, se nota bastante movimiento; así que sin demora cojemos las mochilas con extra de peso por la paciencia y en un bus hasta los topes nos plantamos en la pradera de Ordesa.
... con lo que vamos dejando a nuestros pies el valle que baña el Arazas y a la vez que el panorama se va ampliando en lejanía ... |
... acabamos por pegarnos a las imponentes paredes, a cuya vera y bordeando el abismo sobre la fajeta y el bco. de Salarons damos a las clavijas de Carriata. |
Viendo desde su misma altura un muy poco llamativo Tozal del Mallo, lo dejamos a un lado ... |
... pero que esconde todavía alguna bonita sorpresa floral ... |
Guardadas las espaldas por las primeras grandes cumbres de Ordesa ... |
Dejando a nuestros pies el circo de Carriata y echando un último vistazo a los dominios del ser humano ... |
... además de algunas flores, está vez haciendo honor a su nombre, que adornan el colgado suelo ... |
...mientras dominamos sobre la Pradera de Ordesa, unos cientos de metros más abajo ... |
... hasta quedarnos sobre el siguiente "bocado" que interrumpe el valle de Ordesa; el circo de Cotatuero, "temido" nombre por sus clavijas. |
Queriendo pillar una buena "habitación", retomamos la marcha entre artísticas calizas ... Foto de Leyre |
... quedando a la derecha El Casco, una de las muchas pendientes, y sus estribaciones occidental que nos sirve de guía y la meridional en donde se esconde la Gruta de Casteret ... |
Con tiempo por delante para que se baje la persiana del sublime día, nos acomodamos en una suite de duro colchón, una fina pared y un gran techo que se desprende desde el casco; dejando pasar el rato contemplando el horizonte y el jugueteó que van teniendo las nubes entre las alturas de Ordesa. Adelantándonos al decaer de la luz, encendemos los fogones y comienza "masterchef mountain" acompañando al manjar chorizo y queso para poner la guinda al día con un espectáculo de luces que nos manda, al poco de salir las estrellas, directos al catre y su calor.
Antes de que el "gallo" toque diana, nos ponemos en danza. Lo primero, antes de que nadie aparezca por alla arriba, nos vamos a disfrutar de lo que nos privaron ayer con tanto jaleo y nos llevamos de regalo extra un colorido horizonte.
Con una sonrisa tempranera a punto de dar comienzo la mañana, dejamos todo medio recogido y sin tardanza tomamos buenos asientos para mientras desayunamos algo caliente, con más capas que una cebolla, nos maravillamos con el bonito asomar del sol, que nos encandila más rato del previsto.
Cuando el reloj se impacienta y el ambiente se caldea para salir agusto de la "caverna", nos entran las prisas y dejamos el vivac igual o mejor de lo que lo encontramos. Tras un poco de jugar al tetris con las mochilas, las echamos a la chepa y empieza el regreso hacia las bajuras de Ordesa.
Despedidos de la brecha y su magia, empezamos la jornada plácidamente, bajando por deslizante senda al otro lado del caótico barranco pegados a los paredones que nos separan de Francia ... |
... pero sin llegar a tocar fondo, pasando del desvío a la vía de la chimenea, cojemos un segundo para atravesar a media ladera y con ayuda de una cadena el inclinado Paso de los Sarrios ... |
... haciéndonos ganar el mayor desnivel del día hasta un collado bajo la vertiente S del Casco; que con pena y no por falta de ganas, queda pendiente para el futuro. |
... rumbo a las colosales "entrañas" de la cordillera pirenaicas, a la par de la plana de Millaris y el valle de Goriz ... |
... con solo la compañía de alguna manada de sarrios y algunas chovas que nos siguen a ver si pillan alguna migaja de lo que comemos ... Foto de Leyre |
... mientras contemplamos las tres Serols que ya tienen un poco muy tímido colorido de invierno ... |
... cruzando por la parte más facil su salvaje barranco , llegando a los pies del Perdido y la Pta. de las Escaleras. |
... terminando por bajar al fondo del muy visitado y demasiado maltratado valle de Ordesa, tras destrepar las entretenidas clavijas de Soaso. |
Después de un vistazo fugaz y lejano a la famosa cola de caballo, con no mucha gente a su alrededor ... |
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