viernes, 28 de octubre de 2022

"Una montaña inadvertida": Intsusburu

Por fin la vida se ve encauzada en el rumbo que debía. Con ello vienen cosas buenas y no tan buenas, a las que toca buscarles lo mejor. Obligaciones  que me llevan cerca, pero a la vez "lejos" de casa. Lo que me hace pensar en el atraco a mano armada que son los viajes  a día de hoy y creo una nueva lista a parte de la gran e interminable lista de futuribles + pendientes. La idea aprovechar el tiempo, el dinero y desgastar zapatillas haciendo lo que a uno le da vida.. recorrer esos lares "perdido" que en este caso nunca se encuentran entre los planes.
Finitas las tareas a mitad del día pero con pocas horas de luz por delante y bajando si te lo piensas. En un abrir y cerrar de ojos paso de ser uno más, a ser el que desentona en la normalidad de un día laboral. Prietas las zapatillas que viene ávidas de meterse al barro, cosa que van a seguir tal cual, con algo de viento y un sol ensombrecido por algunas grises nubes; salgo desde las bajuras de la Sakana. Doy la espalda a sus más llamativas alturas de Urbasa-Andia y apunto hacía las que pasan más desapercibidas para "l@s tachacimas" ya tocará ir al otro lado.

Parajes de asfalto y civilización no tardan en quedar atrás al aparecer
en Dantzaleku, donde "lo salvaje" gana protagonismo. Un camino entre
 robles americanos ,a los que le falta un poco de "cocción otoñal", me
hace pasar a toda mecha a la par de la ermita de San Pedro y siguiendo
 diversas marcas de senderos, ya entrado en calor y materia, acabar frente a las
 verticales paredes de Sarabe y una legión desplegada de seter@s y caminantes.
Enganchado ya solo a la GR 323 por la trasera de las
verticalidades calizas faldeo la divisoria de mares en absoluto
 silencio y sin la mas mínima cuesta que cueste, hasta que el
camino da dos posibilidades. Una "buena" por la GR hacia los parajes
 de Etxarri y otra que también es buena pero donde no hay tregua,
elijo la que va donde quiero y toca poner la directa. Por la vertiente
sur del cordal de Ataun-Burunda voy ganando altura, siguiendo
 "acolchada" senda con muchas rodadas y pocas marcas  ... 
... acompañadas de todavía menos vistas
 que permite el espeso y todavía verde hayedo ...
... hasta hacer a los poco más de 300 m de desnivel cosa del pasado 
y entreviendo cumbres de la vecina Sª de Aralar, ...
... avanzo a caballo entre las aguas del
Cantábrico y del Mediterráneo, llegando a la
 disimulada cima de Intsusburu (942m).
Por no demasiado, digamos que lo justo y necesario,
me detengo en lo más alto junto a los restos del dolmen ...
...oteando allá donde nos permiten pinos, hayas y algunas nubes grises .
Al W la gran mole Vasca, Sª de Aizkorri ...
... y al S, antes de empezar a movilizar, las colindantes Sª de Urbasa y Entzia.

Deshecho a la carrera el tramo final del Intsusburu, me uno
a la calzada de Bernoa y a sus marcas rojiblancas; donde apunto
 de vuelta a Altsasu y de pronto unos gritos me hacen echar el freno
 y ponerme en alerta. Una mujer se me acerca alterada.
Me dice que se ha despistado mientras buscaba setas, que no sabía
dónde estaba y que los nervios se han apoderado de ella. Ya tranquila le
 enseño las marcas de la GR. Le digo que tan solo tiene que seguirlas y
agradecida se queda por allá
pero ya echando un ojo solo al suelo y el otro siempre fijo en las marcas,
 mientras retomo mi camino ...
... y empieza "la diversión". Una vez más soledad absoluta. Por delante larga "picarra" con dispersos tramos de antigua autopista. Levantando polvo a cada curva y desgastando suela pierdo altura a la sombra y cobijo del hayedo de Intsusburu en un
 abrir y cerrar de ojos hasta los pies de Sarabe; donde aprovecho la carrerilla y sigo
en busca del punto final, a la primera de las muchas pequeñas vueltas, en Altsasu.
24 oct'22
Del Rìo

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