miércoles, 27 de julio de 2016

Camarero una de pulpo, bueno… mejor una de TORTIELLAS

"Vuelta la burra al trigo", aunque no ha podido ser la travesía de Respomuso a Panticosa por la GR11,disfrutaremos y sufriremos igual igual por el valle de canfranc ascendiendo por sus imponentes laderas hacia la cima del Tortiellas pasando por la Olla de Estiviella y el paso de los sarrios.
Se espera buena meteo, con temperaturas agradables y apenas viento, así que no queda mas que disfrutar y ver si esta no es la ultima de verano... 

Cartel ruta del 24 de Julio de 2016

Tortiellas allá por las alturas.


Con “un mono de subirse por las paredes”, por lo menos un servidor que tras el obligado parón necesita  ya su dosis; damos comienzo al temprano día en el lugar de reunión, adelantándonos como va siendo costumbre al “astro rey”. 
Sin complicaciones y con puntualidad nos ponemos en ruta hacia el Valle de Canfranc y “despacico” el horizonte va cogiendo bonito color, señal de un día para recordar. Toca hacer parada en Puente, para el tema de “los vicios”, y ya de tirón hasta “el campo base”; donde de buenas  a primeras, el valle nos recibe con algunas nubes lejanas que cubren su cabecera. 
Por suerte nos quedamos antes de llegar a ellas, así que los planes parecen no se van a ver frustrados; como aquella otra vez, en un intento exprés casi nocturno y como “zombis” en el que se quedó esta espinita clavada, que ahora toca sacarla.




La monumental Estación de Canfranc nos recibe en el sombrío fondo del valle; donde ultimamos los detalles en mochilas, ajustamos botas y nos damos un pequeño desayuno; bajo las imponentes murallas que flanquean Canfranc y con la mirada puesta en nuestro “altísimamente lejano destino cimero”.

Con todo en planta nos encaminamos hacia el frondoso arbolado con cierta incertidumbre para buscar el sendero. Rápidamente damos con el y dejamos atrás la civilización; calentando poco  a poco el cuerpo, para lo que se nos viene encima. 
Con buen ritmo surcamos el sinfín de zetas que recorren la ladera al fresco cobijo del arbolado; que aparte nos tapa las posibles vistas hacia las bajuras. Tras largo rato de subida, curva para aquí curva para allá; empezamos a vislumbrar el bonito horizonte entre la vegetación  y por terreno llano nos aproximamos hacia la olla de Estiviella, sin haber sufrido el infortuito ataque de algún sanguinario sarrio.
En los “últimos resquicios de frescor”, aprovechamos para recuperar el aliento y recargar pilas, que la fiesta no ha hecho más que empezar. 

Abandonamos el sendero de la olla, para abordar otro  más sinuoso, plagado de cariñosas ortigas que nos acompañan hasta la Fuente del Centenario; en la que aprovechamos para volver a refrescarnos, pues el sol azota sin compasión. 
Ya un poco hartos de tanta zeta, para un lado y otro, nos envalentonamos y tiramos de recto. Apretamos un poco “la maquina” en la rocosa cuesta “p’arriba”, en la que nos toca salvar algún pequeño murete y esquivar los enormes muro paraludes. Tras ellos la pendiente se pronuncia brevemente,  hasta llegar a la parte alta del espolón, que alberga el descuidado refugio del Paso de los Sarrios y donde nos acongojamos por el escarpado terreno que nos queda por recorrer.
Nos tomamos un breve momento de “reflexión”; aprovechando para maravillar la vista con impresionantes vistas hacia el Middi, La Raca, La Moleta, Collarada… y sin mayor dilación nos metemos en faena. Tanteamos el terreno con delicadeza; trepando ligeramente para seguir un estrecho y colgado sendero que nos planta  frente a frente con la Canal del Paso del Sarrio, que en un primer momento nos deja boquiabiertos. Con decisión y tiento bajamos hasta su base, y con mayor facilidad de la que parecía superamos el Paso del Sarrio; arribando ya con los pies en el suelo hasta el collado bajo Peña Blanca.

La cima se intuye cercana, así que con ganas hacemos un último esfuerzo por la rocosa cresta; pero cuál es nuestra sorpresa cuando llegamos al alto, que aún nos queda un tremendo percal y bastante más esfuerzo para llegar. Con la moral un poco minada y achicharrados, negociamos el inhóspito y suelto terreno; hasta unas placas lisas, que dan la impresión de ser como un tobogán, pero con gran adherencia las atravesamos plantándonos ya en el último escollo; que ganamos sin pensarlo dos veces conquistando la cima del Pico Tortiellas (2358 m).

Plácidamente desplegamos tenderete en cima y empiezan a rondar las raciones de pulpo y marisco, las magras con jamón (Si con jamón, pero además del bueno) y claro como no las ricas TORTIELLAS de patata; todo ello aderezado con terribles vistas en todas direcciones  y desde los picos más cercanos a otros un pelín más alejados.


Ya con la cima “en el bolsillo”  y “los depósitos” llenos; nos encaminamos hacia abajo apretando las tuercas y cogiendo un ritmo casi endiablado, llegando al collado en menos que canta un gallo.
Con pies de plomo nos volvemos a meter en la escabrosa zona del Paso del Sarrio, que conseguimos superar sin prisa y sin mayores problemas que a la subida; reuniéndonos en zona segura en las inmediaciones del refugio. 
Todos juntos empezamos la primera de las interminables laderas “zeteadas”, a la que cada uno nos enfrentamos como mejor nos viene; volviéndonos a refrescar en la fuente salvo algún bala que baja del tirón. De nuevo en la olla, decidimos cambiar de itinerario y nos encaminamos por el también “zeteado” barranco de Estiviella; en una bajada de “sálvese quien pueda” deseosos de llegar. 
Tras una agónica bajada, para unos más que para otros,  por fin se entrevé por el arbolado la civilización y nuestro deseado final, habiendo superado 1200 m de desnivel y recorrido 15 km para la conquista del Tortiellas.  Después de ponernos cómodos, un merecido refrigerio y merienda para culminar el día de las mejor de las maneras.

Tortiellas (2358 m) desde Canfranc-Estación

La ruta en fotos



En Canfranc  nos engalanamos para nuestra faena montañera...
... mientras las montañas reciben las primeras luces matutinas.
Arrancamos la pateada ,que nos adentra entre las coniferas...
... por las que "zeteamos", cogiendo altura...
... y deleitando la vista con las rocosas alturas.
Recorremos un sinfín de zetas, a la sombra del denso arbolado...
... hasta que este se va abriendo, permitiendo vistas al valle...
... y aprovechamos las ultimas umbrías  para reponer fuerzas...
Continuamos con mas zetas, que empiezan ya a empacharnos, bajo el sol abrasador...
... y a la que pillamos una fuente, nos sabe a "gloria bendita".
Con osadía, pasamos de las zetas, y tiramos "a cojones"...
... sin olvidarnos de degustar las bonitas vistas que hoy nos brindan.
Seguimos "achuchando"  la maquina  por las fuertes laderas...
... presentándonos ante la escarpada zona del Paso del Sarrio.
Con sumo cuidado tanteamos entretenido terreno...
... trepando por el Paso de los Sarrios...
... y desembocando en el collado bajo Peña Blanca.
Nos encaramos por la amplia arista del Tortiellas, pensando que ya nos queda poco...
... pero la verdad es que aunque nos queda bastante "tocata" por la cresta...
... así que sin relajarnos ni un segundo, proseguimos ganando metros con vigor...
.. y acabamos por conquistar la herbosa cima del Tortiellas (2358 m).
Tranquilos nos relajamos en el cima, saboreando nuestros manjares y las preciosas vistas.
Foto de cima en Tortiellas (2358 m) .

Con energías nuevas, empezamos la bajada como balas...
...despidiéndonos de las escarpadas alturas de Canfranc...
... y llegando a la Olla de Estieviella, deseosos de pillar sombra.
Por cambiar  bajamos por el camino del barranco de Estiviella...
... pero sobre todo disfrutamos de la fresca sombra...
... que nos acompaña hasta nuestro fin en Canfranc-Estación...
... donde le ponemos un  refrescante final.


Grupo de Montaña  SDC Echavacoiz









##DeL RìO##

martes, 12 de julio de 2016

Planes frustrados...

Después de la fiesta y demás vicios anexos; que mejor que "un retiro espiritual" a los altos reinos Pirenaicos para desintoxicarse y disfrutar del ambiente sano, e ir preparando cuerpo y mente para la nueva incursión dolomítica.
Así pues tocaba planear minuciosamente cada paso con el fin de aprovechar al máximo el tiempo, mejor dicho el buenísimo tiempo que se espera para estos dos días. El plan enlazar todas las ferratas desde la selva de Oza hasta la zona de Ordesa (Broto) y hacer noche perdidos por las alturas de Canfranc.

Todo preparado para "la fiesta".

Sin mucho apuro, amanezco para la hora del encierro y con toda la cacharrería me pongo en ruta hacia Pirineos con un cielo gris cubriendo toda la cuenca de Pamplona; haciendo decaer un poco el ánimo. 
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, no me doy media vuelta y al dejar atrás “las tierras de Mordor”; un sol y un cielo azul me dan la bienvenida al que va a ser un gran finde montañero.

Una breve paradita en Puente para abastecerse y tener un suculento desayuno, y tira para adelante con las pilas bien cargadas hacia la selva de Oza. Escapando de la multitud me encuentro que la selva casi casi se parece a Pamplona en estos días, todo abarrotado allá por donde lo mires; pero por lo menos tendremos un ambiente sano y natural del que gozar.

Grapas en la vertical de la Ferrata Articalena


Vía ferrata de nivel K2; con un único tramo vertical pero en general es bastante tendida, además de tener la opción de evitar dicho paso vertical. 

Se progresa con facilidad por ella; aunque no existan elementos de progresión en gran parte, los agarres naturales son buenos. Únicamente podríamos tener algo de dificultad en un paso casi al final de la vía. 
La bajada está perfectamente marcada tanto por hitos,  como después con marcas de la GR 11. 

Material de Ferratas y casco. Llevar algo de agua, no hay fuentes en todo el recorrido.




Asentado ya en Oza, toca “desempolvar” todo el material para la ferrata, que ya estaba el pobre abandonado al fondo del armario; y me preparo, con bastante calorcete, para la primera del cañero finde.
En la aproximación el cuerpo empieza a “concienciarse”, y poco a poco va cogiendo ritmo bordeando el rio Aragon-Subordan. La vegetación de la selva me acaba engullendo, y proporcionando un fresco cobijo para ir recorriéndolo en solitario, hasta que comienza a distinguirse entre el ramaje el enorme murallón S de Articalena al que me dirijo sin dudarlo ni un segundo; plantándome bajo la gran vertical de la Ferrata.

Con cierto pavor, en un principio, me echo casco y guantes; y damos comienzo a “la faena”. Me “engancho” a la vía y empiezo a subir cada peldaño, uno a uno, que me van alejando poco a poco del suelo; y el pavor va desapareciendo convirtiéndose en una sensación “de libertad” al estar colgado “en el vacío”. Disfruto con cada paso que “me pone más cerca del cielo” y con cada mirada al bonito paisaje que me rodea; pero poco a poco la pared se vuelve más tendida y pierde ese punto de emoción.
Aunque la verticalidad casi brilla por su ausencia, “hasta el rabo todo es toro” y la cosa sigue interesante. Toca ir trepando por agarres naturales y atravesar una zona llena de agujeros que parece un queso emmental. 
De repente el terreno se vuelve horizontal total, pareciendo que la cosa llega a su fin pero aún queda “tocata”. Seguimos con algunas trepadillas, superando quizá “el paso” más complejo, y cerca ya de la cresta la ferrata llega a su fin.

El tema se tranquiliza por la cresta, aunque toca echar tontamente las manos, para conseguir llegar al punto culminante; la cima de Articalena. 
Tras disfrutar de las vistas en 360 grados que me da la cima; me dispongo a recorrer la cresta por un mareante sendero entre matorrales, mientras el sol azota sin compasión; encontrando algo de cobijo al comenzar a perder altura a media ladera hacia el barranco de Acherito.
En “un abrir y cerrar de ojos” me planto en la GR que zigzagueante desciende hacia el valle; todo va sobre ruedas, pero de pronto un paso extraño me hace ver las estrellas y noto un agudo y momentáneo dolor en el tobillo. Los pasos siguientes parecen normales, pero cada vez resulta más desagradable el darlos y la cosa empieza a torcerse.

Llego hasta el parking con un leve dolor pero bien, y toma la decisión de “abortar misión” porque no parece que esto vaya a mejorar. Le pongo buen broche al día con una suculenta comida preparada por el chef y de postre… hinchazón, cojera y reposo y sobre todo falta de VITAMINA M (M de montaña).

Vía Ferrata de Articalena (k2)

La ruta en fotos


El día me recibe resplandeciente en Oza...
... y sin perder un segundo, me preparo debidamente.
Arranco a toda pastilla...
... adentrándome entre el arbolado de la Selva..
... hasta encontrarme con el inicio de la ferrata.
Me meto en la faena "del ferrateo"...
... colgándome un poquito del vacío...
... y dejando atrás el suelo firme.
Sigo hacia arriba por las paredes de Articalena...
... disfrutando con sus entretenidas trepadas en roca..
... y como no de las excepcionales vistas del lugar...
... hasta dar por finita la entretenida vía.
Toca crestear un poco por Articalena ...
... pasando por su desapercibida cima...
... y desembocando en verdes prados.
Desciendo de las alturas siguiendo el cómodo camino...
...por los verdes prados del barranco de Acherito con un mal final.
Así pues se frustra el plan, pero no por ello iba a ponerle un mal final.








##DeL RìO##