jueves, 31 de marzo de 2022

Blanca vuelta de Paderna

Dos moles, grandes y glaseadas volvemos a la bicromía, después de un pequeño paréntesis de color primavera , nos rondan la cabeza durante toda la semana. La elección es difícil. Nunca sabes cual dejar y si será un acierto, pero cuando ya lo tenemos casi firmado.. dos buen@s amig@s nos comentan que tienen plan por Benasque. Pensándolo un poco más, decidimos cambiar y juntarnos con ellos por el valle para el domingo .. así que definitivamente nos decantamos por meternos hacia Maladetas, cuando la meteo nos da el visto bueno.
Sin sucumbir a la locura de un viernes; para cuando quiere comenzar el buen rato de la tarde tenemos el equipaje cargado, las ganas a rebosar y estamos listos para plegar a buena hora. Antes de que movilice el grueso del mundo, estamos en marcha y viendo pasar la tarde conforme atravesamos casi la mitad occidental del pirineo hasta enfilar hacia el valle de Benasque por el congosto del Ventamillo, después de llevar sin pasar por el cerca de 3 años. Entre obras "faraónicas" muy necesarias sin duda alguna aparecemos en Benasque cuándo desaparece la luz y sin abrir la boca ni para comer, nos recogemos en un lugar tranquilo y hasta antes de que termine la noche.

Tocando diana más que temprano, seguimos valle arriba hasta echar el ancla en Llanos del Hospital. Tan solo un@s poc@s ocupamos el parking y en silencio cada cual va preparándose para su faena, mientras la oscuridad se va desvaneciendo y el reloj se acelera de tal manera, que se nos va el tiempo sin darnos ni cuenta. Con los frontales guardados, cargamos mochilas y esquís a la chepa saliendo a pata rumbo a los ALBAS, al del día y al de Maladetas.

Acostumbrados desde hace unas semanas salvo esa glaseada excepción de mitad de mes a ver
entre poca y nada de nieve al momento de empezar; sin estar la cosa
para tirar cohetes tampoco, algo de blanco adorna y da cabida, pateando
 algo de asfalto, a echar la tablas a la altura del hospital de Benasque.
Aventajando con mucho margen a los palilleros,
rodeados por las grandes moles de la cabecera del Esera ...
... foqueamos por las pistas de llanos del Hospital respetando la huella de los fondistas sobre nieve prensada y siguiendo la estela de un gran grupo "que corre que se las pela" por el tendido y largo valle rodeados de pinos en dirección a La Besurta ...
... cruzando el plan de Estan, donde escudriñamos el desvío del camino de invierno a la Renclusa y abandonamos a la vez las pistas y el normal que conocíamos.
Parejos al bco. de la Renclusa y engullidos por el pinar navegamos cuesta
 arriba por difusas trazas en las duras faldas orientales del pico Paderna,
dejando a los pies la Besurta y los llanos que nos separan del Salvaguardia ...
... apareciendo unos metros más arriba del ref. de la Renclusa,
justo cuando el sol asoma en el cielo que hay sobre nuestra cabeza.
Viendo el cresterio de los Portillones, algunos tresmiles de la zona del Maladeta
 y a mucho gentío encaminado al techo del pirineo 
o por lo menos es una de las posibilidades ...
... totalmente sol@s, cogemos el bco. del Alba adornado por
los últimos pinos negros, verticales paredones y escarpadas
alturas que emboban a cualquiera ... 
... y avanzamos por el fondo de la vaguada rumbo al sector más occidental
del macizo de Maladetas, 
sin apenas desnivel o el poco que hay de ni
enterarse, 
surcando una nieve que ya empieza a cambiar ...
... para una vez a los pies de la cara S del pico Paderna, teniendo
 como fondo la muralla que nos separa del valle de Luchon ...

Foto de Leyre
... azotados por el sol, buscamos salir de las bajuras por las laderas que caen al E desde los 3000 m; zeteando todo tieso unos cientos de metros por donde definimos
 la mejor traza sobre la divisoria entre los bcos. del Alba y del Diente, terminando por gestionar cuidadosamente un pequeño flanqueo por zonas con nieve venteada y restos de una pequeña avalancha ...

Foto de Leyre
... damos de una pieza cerca del coll. de Paderna, frente al pico
homónimo y las alturas bajo las que arrancamos de par de mañana.
Gritándo el cuerpo que tomemos un respiro, en buena terraza con asientos VIP paramos por un rato a disfrutar. El momento invita a sacar todo eso bueno que puede ir en una mochila, pero mientras admiramos las maravillas que nos rodean le damos vueltas al coco. Valorando las fuerzas conjuntas y con grandes posibilidades de que entre algo de marrón a partir de mediodía, la decisión es difícil..  pero el plan A será para otra ocasión.
De bajo manga sacamos el plan B y vigilados por la mole del Alba ,
más pronto de lo pensado, quitamos focas a los esquís ... 
... y por un manto al que le falta un poco "cocción" , descendemos sobre una fina costra con "giros delicados" como buenamente se puede o incluso con vueltas de campana y revolcón en la nieve, hasta los pies del pico Paderna.
Cara a cara con la pirámide somital,
que va viendo el sol de justicia ... 
... las pieles de foca vuelven al juego para atacar con unas zetas la cuesta final por la vertiente sur de la pequeña del lugar, cruzándonos con una pareja que nos cuentan que la cosa esta mas dura por arriba pero se va bien y guardándonos la espalda las primeras escarpaduras de la cresta de Tuca blanca y la puntiaguda Tuqueta Blanca ...
... al mismo tiempo que dominamos sobre el valle del Esera
y vemos las alturas de la zona del Sacroux ... 
... "colocamos la bandera" en lo alto
 del Pico de Paderna (2628 m) .
Foto de rigor en el Pico de Paderna (2628 m).
Un atractivo panorama de los 3000s desde Maladeta a Alba, se lleva la primera mirada en otro rato de absoluta tranquilidad  ...
... pero en lo mejor, mientras llenamos el buche,
la Tuqueta de Paderna y sus posibles líneas nos encandilan ...
.. hasta que el reloj "dice" que es momento de volver
a las profundidades del valle del Esera
y pensando en la bajada no nos hacemos de rogar. 
Cual pastel recién sacado del horno; la montaña esta en su punto, los esquís dispuestos a surcarlas y los que los montan "babeando" ante la delicia. Leyre se baja en primer lugar plasmando en la nieve cremosa perfectas pinceladas, siguiendo un servidor por detrás con "borrones" más que otra cosa, hasta que aterrizamos entre medias de las faldas del pico y el valle que se extiende bajo su cara N.
Volviendo la cabeza una última vez al que era
 nuestro objetivo; sin darle muchas vueltas,
pues tarde o temprano volveremos a por ella ...
... cruzándonos con un montón de gente que sube a horas tardías cuando la nieve esta en su jugo nos lanzamos por la amplia vaguada de Paderna, surfeando por nieve primavera que todavía nadie a "estrenado" ...
... a buscar la entrada a los tubos de Paderna; donde un verdadero patatal casi tan duro como el acero, nos hace sacar lo mejor que hay para rematar el recital de vaivenes descendentes entre pinos y tiesas pendientes con lo que tocamos fondo sin esfuerzo ni larga remada junto al hospital de Benasque y ponemos fin a la vuelta, que sin ser lo que habíamos pensado de primeras.. ha dejado el goce por todo lo alto
Foto de Leyre
🗻Del Rìo🗻

lunes, 28 de marzo de 2022

Travesía de la Costa: Hondarribia-Pasaia

Inesperados acontecimientos provocan que a las puertas del finde tengamos que plantear un viaje a las faldas de Jaizkibel, aunque no precisamente para subirlo sino por obligación. De forma radical cambia cualquier cosa que nos rondaba la cabeza y empiezo a planear un "ir-hacer-volver", intentando perder lo menos posible de lo poco de libertad que tiene la semana. Casi con el plan terminado en la cabeza, a Leyre se le ocurre que.. porque no aprovechar el viaje?? Estar por alla el finde, cambiar de aires y aunar "monte y mar". De primeras no me llama demasiado, pero al poco recuerdo que tenemos pendiente una bonita travesía por la zona y por segunda vez en poco tiempo deshacemos y rehacemos el incierto curso de la vida. Al momento de decidirlo, seguido preparamos equipajes ligeros y poco más, quedando a la espera de salir al mundo en la recta final del invierno y a la vez de la linea que normalmente acostumbramos.

El cambio de aires de las alturas pirenaicas a sus bajuras occidentales nos sienta mejor que bien, eso o el buen comer y "descansar" por un día que también puede ser. Observando la infinidad del mar bajo la luna llena y escuchando su melodioso silencio, después de haber concluido la faena que nos ha traído hasta aquí, nos dejamos cautivar por la cama. Cuanto antes cerramos los ojos y viajamos entre sueños a la larga jornada de montaña y costa que nos espera.
Ni permitiendo que " monten el escenario", prendemos motores en el vecindario de casas rodantes y bajamos hasta Hondarribia.  En ese rato muerto en que l@s moradores de la noche vuelven a casa y l@s del día empiezan a pensar en salir; aparcamos lo más cerca que podemos de la orilla del mar y enfundándonos en las mochilas, mientras el sol se deja únicamente intuir a un cielo pintado de gris, nos damos por preparados para la faena.. una bonita faena entre el mar y la montaña.

Por las desérticas calles de Hondarribia siguiendo los carteles que guían hacia el famoso faro en vez de seguir la GR11; a ritmo suave ,para ir despertando al cuerpo, avanzamos a la par del extremo de la costa vasca al principio por zonas poco vistosas y un poco mas arriba del borde del mar, que al final compensa con bonitas vistas de la bahía ...
... antes de dar con el lugar donde nace o muere,
según el punto de vista, el pirineo: el Faro de Higuer.
Justo desde donde se extienden casi 500 km de antiguas rocas hacia donde nace el sol , nos unimos a la GR121 y  casi llaneando por sinuoso camino de arena a la par del mar cantábrico nos alejamos del faro  ...
... adentrándonos entre los verdes parajes humedal de Aizporaundi de Jaizkibel ...
... y la artística costa cantábrica; llena de formas y rincones
 de ensueño en los que todavía reina la paz absoluta .
No desaprovechando el regalo de la naturaleza y que un rugido de lo más profundo irrumpe con fuerza; en un banco hecho de un tronco de pino que encontramos,
tomamos buen asiento y mientras desayunamos, admiramos el paisaje marítimo
con la melodía de pajaricos y el romper del oleaje contra la costa.
Entre pinos marítimos reemprendemos la marcha, dando
la impresión de estar lejos del mar ...
... pero no tardando en dejarlos atrás; en soledad las marcas rojiblancas nos llevan paseando, en continuo sube-baja y vuelta a empezar, a la par de las frías aguas del cantábrico ...
... a la vez que faldeamos la vertiente N de Jaizkibel por
sus verdes prados ocupados por el ganado, que pasta a sus anchas ...
... y al otro lado del que no se ve el final, admiramos verdaderas
 obras de arte de la naturaleza en arenisca ...
... sobre las que desgastamos las suelas de las zapatillas sin dificultad alguna 
atravesando  bonitos parajes poco usuales
para nosotros de la costa vasca...
... llevándonos junto al llamativo cabo de Bioznar,
donde toca volver a lo que acostumbramos.
Antes de despedirnos, nos acercamos un poco al puntiagudo saliente de roca y bajo el vuelo de gaviotas y cormoranes observamos el mar, sus curiosas formas rocosas que dibujan la costa.. en la que quizá marcamos algun futurible y puede que no tardemos en volver a lares como estos.
Orientando el rumbo hacia las pequeñas alturas ...
... mientras compartimos al fin estos lares con gente de muy diferentes maneras,
seguimos sin perder la GR por sendas y pistas ganando altura sin tregua; engullidos por pinares, pastos y parajes casi "selváticos" del bco. de Aierdi ...

Foto de Leyre
... adornado con los primeros
 colores de primavera ...
... nos elevamos casi medio kilometro vertical sobre el mar, apareciendo ante
la poco usada carretera
pero muy ruidosa y el punto más alto de la mole costera.
Nada más cambiar de lado del asfalto, nos apartamos por
 un poco de la GR y haciendo un último esfuerzo tiramos tieso
por un desdibujado sendero entre altas hierbas ...
... que nos lleva , peleando un poco con alguna cuesta
y mucho con la ventolera, a la cima de Jaizkibel (545m).
y Leyre en la cima de Jaizkibel (545 m),
con las melenas al viento.
Aguantando el vendaval , lanzamos una rápida oteada al horizonte. 
Al este la bahía de Txingudi, superpoblada por dos naciones
y difuminado entre las nubes las Landas ...
... queriendo mirar casi al S, entre un panorama muy civilizado destacan las primeras pequeñas cumbres del pirineo Larhun y Peñas de Aia ...
... zanjando el breve momento; la vista sigue por el cordal oriental, con una curiosa construcción de materiales reciclados en plena cima y al fondo apunta al final de esta bonita travesía.
A prisas bajamos de lo alto y en cuanto encontramos un poco de cobijo del aire, paramos. Siendo buena hora paramos tranquilamente a descansar, disfrutar de la recompensa para la vista que nos brinda la zona de Pasaia y saciar el hambre ,que aprieta desde hace un rato, con lo bueno que cargábamos en la mochila. 
Haciendo un esfuerzo sobrehumano
retomamos la andanza ...
... alejándonos de la cima por un estrecho sendero que nos une ,poco
más adelante de donde dejamos, con la GR121 ; la cual nos conduce por el
cordal oriental sin apenas vistas y en rápido descenso, con alguna pequeña
sorpresa de hacer sudar ...
... rodeados de salvaje y colorida vegetación
 además de los restos de tres antiguos torreones ...
... a los que le sigue, después de marcar el próximo objetivo en
la "tachuela" que asoma sobre el bosque, una bajada directa hasta la carretera.
Tirando a por lo poco que queda, faldeamos el pequeño Mitxintxola y una vez cerca de la costa; giramos por un momento la cabeza hacia atrás, viendo gran parte del pequeño paraíso que hemos atravesado ...
... enfilando sin tardar hacia el mar y descendiendo directos por la cresta del gallo hasta terminar la travesía en Pasaia ; donde empieza una segunda parte de la aventura entre grandes multitudes, campos de baldosas y brea , "gigantes de hormigón y hierro", "monstruos que surcan las aguas" e incluso "bestias de ruedas".. que "domando" una de las más grandes de ellas; nos devuelve a Hondarribia, concluyendo esta aventura por las pequeñas alturas y fuera de los paisajes que acostumbramos .
Foto de Leyre
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