domingo, 22 de noviembre de 2020

Circular altas "dunas" de la Bardena Blanca

Después de la que nos cayó sin ninguna compasión por Belagua, podíamos pensar que con lo que pasamos, ya nada nos podía parecer peor. Qué gran equivocación. Ni siquiera había empezado lo malo, al que no le acompaña ni frío ni agua, pero lo que nos acecha "no es moco de pavo". Día sí y día no, imponen nuevas restricciones que altera más la nueva normalidad a la que ya casi nos habíamos adaptado y con ellas, muchos clubs van desistiendo de sus multitudinarios eventos montañeros. 
Por nuestra parte como ser multitudinarios es algo inalcanzable, seguimos adelante precauciones tomadas y medidas adoptadas con los planes de montaña. Lanzamos la segunda propuesta de la temporada, en la que recaeremos lejos de verdes parajes y altas cumbres, cambiandolas por el peculiar entorno "desértico" de las Bardenas Reales y esta vez sabiendo que el buen tiempo no faltará a la cita del domingo.

Quizá por miedo o evitar males que flotan en el aire, pero "el cotarro" se ve y se siente un tanto apagado y casi nadie se ha pronunciado a falta de un día para la fecha. Habrá plantón? Siempre hay ases bajo la manga.












Sol y Luna enfrentados en el horizonte dan el gong de inicio a la jornada, con unos cielos que se ven prometedores desde la ventana justo antes de salir. Como era de esperar los incansables veteranos no fallan y esta vez vienen con nueva compañía, haciendo que el tema se encauza por el buen camino. El reloj manda y parece que nadie más va a aparecer, así que ya estamos tod@s y el resto se lo pierden 😜. Tras dar cinco minutos de cortesía; nos ponemos en marcha cuanto antes, que de un día de tal calibre no se puede desaprovechar ni un segundo.

En sentido contrario al que acostumbramos, partimos de una desértica Pamplona, debatiendo si por Marcilla sí o por Marcilla no. Al final ni pa un@s ni pa otr@s. Por la vía rápida bajamos un primer tramo y pasando de asediar el antiguo castillo del reino, que hoy nos ocupan otras "conquistas"; seguimos a la antigua usanza por la carretera vieja (que de vieja solo tiene el nombre)hasta que entre arrozales y campos de ganado bravo damos con la entrada del "desierto" navarro, ante la silueta del gran Moncayo.
Cayendo más el "nivel" de las carreteras , nos acercamos hasta el centro de interpretación, donde madrugadores de dos ruedas ya empiezan su faena, y al poco , casi tocando a la puerta de los militares, nos vemos en el amplio páramo bardenero. Bordeamos la zona prohibida por "movido" camino de cabras; pasando junto a Las cortinas y Castil de Terra, solitario a estas horas, y viendo pasar un "obús" peludo y de cuatro patas, que menos mal que falla. Tras tortuoso y largo rato de vibrar y bachear, nos asentamos sin un alma a la vista en la trasera de "la diana" y vaya día ha tocado.. botas y a gozar!!

Las dos moles que nos "ocupan"se alzan ante nosotros nada más echar pie a tierra, enmarcados por un bonito dia que nos hace calzar botas y cargar mochilas a toda prisa.
Por las llanas tierras del "far west Navarro" nos ponemos en marcha, alejándonos de la reserva de las supersónicas "aves" en suave paseo por el seco páramo de "la blanca" ...
... a la espalda queda la extensa llanura de la bardena y en segundo plano el mayúsculo Moncayo ...
... acabando a los pies del "arenoso" cordal de Piskerra-Rallón.
Foto de Andres
Atrapados por los laberínticos pasillos 
esculpidos a capricho de la naturaleza ...

... salimos de la barrancada por los destrozados restos de unas escaleras, subiendo algun cacho civilizado y la mayoría con incómodos equilibrismos por las sombreadas laderas de los pequeños cerros que circundan Piskerra ...
... encaminados al más llamativo de ellos,
la atalaya con su derruida construcción ..
... desde el que tras una primera "sudadita", custodiamos sobre la amplia explanada bardenera y parajes todavía más sureños, reducidos por la bruma.
Al otro lado de la puerta, después de una corta oteada desde
"el primer piso" al inusual paisaje, enmarcamos a nuestro objetivo.
Seguimos con poco esfuerzo sobre los pasillos de las "dunas" en rumbo a lo alto del cordal que viene desde el Rallón y al que salimos en su otro extremo, en las inmediaciones de Piskerra.
Junto a campos de labranza y evitando
 la boca a las entrañas de la bardena ...
... asaltamos la mole por la cara SE; subiendo un descompuesto y tieso camino ,moldeado por las escasas aguas, entre secos matorrales y encañonados por los verticales mosaicos de la prehistoria de las dos alturas ...
... mientras van quedando atrás la Atalaya y las tierras de la baja bardena blanca ...
... hasta que nos desviamos primero al Cabezo de Piskerra, ofreciendo una bonita perspectiva de la cima y su pequeña aguja ...
... y al otro lado, volvemos a deleitar a la vista con el horizonte hacia las tierras de la cordillera ibérica  desde un piso superior a la Atalaya.
Estando lo justo en el Cabezo, pasamos a lo alto de 
Piskerra (466 m) ,
viendo de primera mano el largo salto al monolito ...
... y frente a nuestras narices La Ralla y Rallón, clavando la mira en esta última mole. 
Perdiendo la mirada en el paisaje infinito en dirección a El Plano ...
... y al otro lado protegidos del bochorno por
las formaciones del cordal de Piskerra- Rallón ...
... peinamos la linde entre la blanca alta y baja, aproximándonos en tranquilo
paseo por una senda entre áridas tierras rumbo las dos grandes moles ...
... acabando por unirnos a la cañada de los Roncaleses, junto a las verticalidades de la más grande y menos visitada ,La Ralla.
Dando "cuatro pasos" por falso llano en el amplio camino del ganado pirenaico, llegamos bajo las faldas de El Rallón cuando la mayoría de la gente baja de lo alto.
Aprovechando la situación; arreamos hacia arriba, serpenteando la "amable" vertiente  NE al amparo de paredones y algo de sombra al final ,bien escaso en estas tierras ...
... saliendo al soleado altiplano, que atravesamos hasta su otro extremo
 para "conquistar" la desgastada cima de El Rallón (493 m).
Casi en soledad y ligeramente apartados de la cima, deleitamos estómago y paladar; a la vez que contemplamos el entorno, primero hacia la Bardena Negra y a nuestros pies la Blanca protagonista en todos los miradores de hoy...
... tornando la cabeza en busca de tierras norteñas, vemos el embalse de Malvecino y territorio aragonés ...
... terminando por fijar la vista de nuevo en Piskerra y los Llanos del Rallón que se extienden a nuestros pies, ojeando y pensando en el retorno.

Sobre nuestros pasos regresamos hasta mitad de camino entre las dos conquistas;  hasta encontrarnos con la cabecera del amplio y seco barranco de los Cambrones .
Quedando la alta blanca a la espalda y el Rallón acechando por oriente , descendemos pies en polvorosa por el tieso y serpenteante paso de los ciervos ...
...  metiéndonos de lleno en la barrancada a la vera del "montañón",
 viéndonos rodeados de la mayor "masa verde" del dia ...
...  y de nuevo por "dunas" de formas variopintas, acabamos siguiendo las rodadas de bicis en llana caminata por el fondo de la vaguada hasta salir a la gran explanada de la diana.
Foto de Andrés
Piskerra y Rallón pasan a formar parte del horizonte ...
... y a la par del largo cordal deshacemos la caminata, volviendo bajo un "abrasador" sol de noviembre al punto de inicio en medio de la nada del desierto navarro.

Una visita a las bardenas no podía concluir sin visitar su insignia, 
CastildeTierra. 

Que cada dia va a menos, pero sigue manteniéndose en pie, algo parecido a lo que nos pasa a nosotr@s 😝
Así nos veremos en la siguiente y última del año con las gentes de Etxabakoitz, en otra jornada que siempre está marcada en el calendario. Tocando este año ser algo diferente, aunque casi seguro que no tanto como estaba planeado.

Vuelta Piskerra y Rallon
Recorrido circular por el entorno de Piskerra y Rallón, pasando por la atalaya y el paso de los ciervos. Datos GPS: 12 km; ±350 m; 3-4 h.

Grupo de Montaña  SDC Echavacoiz








🗻 Del Rìo 🗻







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