Viviendo en nuestras propias carnes el recibimiento más típico en las verdes tierras Asturianas a base de agua a granel, una vez más y ya no sabemos ni cuántas van de estas, nos "perdemos" un rato por los esculpidos parajes calizos de la costa entre Llanes y Ribadesella. Cuando la luz va empezando a apagarse, nos retiramos a uno de los tranquilos rincones cerca de los acantilados; asentándonos como campamento para la noche y punto de partida para por la mañana. Mientras rematamos los preparativos para otra jornada de "montaña costera", el mundo también va "poniéndose a tono" con otro diluvio que no hace más que alimentar el barrizal ya existente. Forzados a concienciarnos para mucha "diversión", terminamos por sumirnos en profundos sueños, pero ya con los ojos cerrados.
Con nula espectacular empieza un día gris; que debería invitar poco a salir, pero aquí ya ni con esas. Irremediablemente calzamos zapatillas y sin dar oportunidad a desayunar, a horas en que la gente normal ya podía estar también deambulando, emprendemos otra andanza por los parajes del límite costero del Cantábrico sin un alma a la vista y más fresco del que veníamos acostumbrando.
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En el mismo borde de los impresionantes acantilados del infierno, esculpidos por el tesón de las aguas del mar, encaramos al trote con rumbo de vuelta hacia Llanes ... |
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... cercados a un lado por mucho verde y los punzantes "escayus" ... |
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... que empieza a mostrarnos su espectacularidad con los islotes de Palo Verde y Palo Pequeño desde la punta de Palo Verde ... |
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... pasando por la ensenada de Oliencu, con su bonito arco y resistente monolito ... |
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... siguiendo con más curiosas formaciones en los acantilados de Tuzarrizu, tras los que terminamos en las cercanías de Cuerres, en la frontera entre Llanes y Ribadesella. |
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Por un momento nos detenemos en la verde explanada de los bufones de Guadamía, admirando la hendidura esculpida por las aguas del rio homónimo y al otro lado la zona de los bufones de Pría ... |
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... y volviendo la cabeza atrás una última vez, vemos las esculturas calizas que el tiempo y el mar han dejado sobre los bonito acantilados que nos separan del desenlace del famoso rio Sella. |
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... uniéndonos al camino de Santiago del Norte, en el que dejándonos llevar por su "corriente", llaneamos hasta el comienzo de la vuelta a los acantilados del infierno al que le ha faltado una bonita parte; lo que nos hará despedir la costa un poco más tarde de lo pensado .. pero nuevas montañas estan por llegar. |
🗻Del Rìo🗻
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