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12 diciembre 2020

"El Trail'ngulo de Aralar"

Como el domingo no pudo ser, a pesar de tener la mochila esperando en la misma puerta ; sin tiranos de los pelos, lo pasamos para la siguiente y tod@s tan content@s.  Pero especialmente se ve contento quien le va a dar vez el día que sigue, el mismo lunes con poco sabor a primer día de la semana y último de mes. Benditos sean los santos en estos casos.
A la misma hora que si tocase ir a pringar, empiezo la "danza" con otra alegría y buena cara. Mientras afuera van abriendo la veda y poniendo las calles, sigiloso voy preparandome para la faena. Atuendos para combatir el frío que cada día gana terreno, bartuleria ligera para la aventura y zapatillas que vuelan según lo que aprieten tus piernas. En cosa de diez minutos estoy listo para salir por la puerta y más tieso que un pescado congelado, sin todavía haber probado el ambiente de la calle. Un chute caliente al cuerpo es suficiente para enfrentar la situación hasta que la calefacción del auto haga su labor y me echo a un mundo oscuro y envuelto por las nieblas. 

En dirección al gran charco voy en busca de mi destino, con la esperanza de que la niebla se disipe al salir del hoyo pamplonés, pero no hay quien se libre de ella. Intuyendo justamente los paredones, atravieso Dos hermanas y si no estoy al tanto me pasó de largo la salida a Lekunberri; por donde entró en una de nuestras mayores joyas, la Sª de Aralar. Justo antes de llegar a Baraibar, igual que si fuese un viaje al "más allá", las puertas del cielo se abren de par en par descubriendo un espectacular paraíso sobre un esponjoso mar de nubes y bajo la luz de una brillante luna en las últimas; haciéndome parar en el acto para deleitarme. Perdido de buena manera algo de tiempo, abandono la carretera y por una pista de no cambiar de primera marcha, acabo asentado  en el extremo oriental de las Malloas, junto a la antena de Baraibar.
Todavía metido en la "sauna" echo el equipaje a la chepa, aprieto zapatillas y haciendo lo mismo con los dientes, salgo a la calle para ultimar detalles; marcando el comienzo de los problemas y el fresquillo. Sin saber porque, el GPS no quiere hacer su trabajo y no hay manera de poder seguir el "retorcido" recorrido. Por suerte el "GPS de serie" siempre funciona y uniendo lo que veo con lo que conozco, sacó una vuelta de la manga a dos montañas conocidas de la sierra y me lanzo a por ellas.


En la misma línea de las Malloas, salgo pies en polvorosa por los perdidos caminos de Beluta, dejando atrás la vertiente agresiva y sumándome a la GR 12 , doy una primera apretadilla ...
... para llegar bajo los nuevos rayos de sol a los pies del Beloki, 
saliendo a las amplias campas de Aralar.
Con vistas hacia la vecina Sª de Andia ...
... por la sombría y helada "tundra" aralaica avanzó a la carrera ,sin pérdida ni alma alguna alrededor, por la llana GR en paralelo a las sinuosas cumbres de las malloas ...
... que me lleva junto Unagako Putzua, encontrando
la calidez del sol y el desvío hacia el techo de la muralla.
Dando la espalda al último sol de noviembre, remontó por 
"caminos de cabras" las herbosas lomas sembradas de afiladas rocas ... 
... mientras asoman en el horizonte algunas cumbres occidentales de Aralar y el imponente muro de Aizkorri ...
... llegando a lo alto del cordal de las malloas; pero a la cima equivocada. 
Recalculo y apuntó desde ella a la de verdad ...
... y dominando sobre el valle de Araiz, con cumbres del NO navarro de telón de fondo ...
... afronto a toda pastilla el facil y abrupto cresterio de Beldarri, al que le sigue la última tirada por la amplia divisoria ...
... culminando en la cima de Irumugarrieta (1430 m).
Escasos minutos cronometrados permanezco en lo más alto de Aralar, disfrutando por partida doble con el primer bocado del día y las tremendas vistas hacia "el océano e islas de Navarra".
Abandonó la muralla de abruptas cumbres, bajando en busca de la GR como una bala por la caldeada y mullida vertiente en dirección a la muga con Euskadi ...
... que sin cruzarla cerca de Igaratza, me encamino al trote entre el pelado bosque a la cima que se esconde tras sus ramas; pasando por el antiguo guardetxe donde me cruzo con los primer@s montañer@s.

Continuo a la par de la llamativa proa de Andia y del otro valle que flanquea el macizo de Aralar ...
... subiendo por difusos rastros de caminos entre 
el espeso hayedo y sobre una alfombra otoñal ... 
... que me acercan a un tranquilo Santuario de San Miguel de Aralar, 
al que la visita tendrá que esperar.
En un último esfuerzo, ataco las laderas meridionales del monte de las antenas ...
... alcanzando, sobre el "mar" de la barranca, la última de las alturas del "triángulo" de Aralar. Hartxueta (1345 m).
Con el panorama tan bonito que sigue por las tierras navarras, junto a la tranquilidad;
invitan a tomar un buen asiento y por un rato largo disfrutar con calma.
Tornando la mirada hacia el norte, clavo el objetivo en la antena de Baraibar
y dibujado en la retina el regreso ... 
... me lanzo por la otra vertiente de Hartxueta, descendiendo sin frenos 
por terreno sucio y poco marcado a la sombra del frondoso hayedo ...
... acabando por "perder el norte" y tomar mal el último desvío,
volviendo junto a Guardetxe ...
... y teniendo que resolver el embrollo, 
con una pateada carretera abajo a los rasos de Albi.
Bien encaminado y sumergido en el hayedo, me aproximo por el sosegado y serpenteante camino de Borda Bustinza ; saliendo de nuevo a los rasos de Aralar tras una herbosa subida por "la trasera" de Beloki, con lo que "El pescado ya está vendido" .
Sobre los pasos mañaneros, retorno a la carrera por la GR 12 
y surcando el manto de hojarasca por las desdibujadas sendas del paso de Beluta ...
... vuelvo al extremo oriental de las malloas; poniendo fin en las antenas de Baraibar al "triángulo" de Aralar imaginado en mi cabeza después de casi 30 km y 1500 m de desnivel. 






🗻 Del Rìo 🗻






28 mayo 2020

La Trinidad dividida: Erga (1094 m)

Aunque ya volvimos a probar "su néctar" en cuanto nos dejaron; no es lo mismo que transcurra toda la semana, mientras ansioso esperas a que llegue el sábado para ir al monte.Esa es parte de la esencia perdida, pero hay que admitir, que haber podido no esperar e ir día sí y día también , habría estado la mar de bien.
Durante la espera semanal, vamos poco a poco recuperando las viejas costumbres.El hueco de los juegos de mesa o puzzle,  recibe nuevo y pesado inquilino para pasar entre "partidas".Las "alpargatas" van al fondo del armario y en su lugar salen al juego las botas, y esto no es más que el principio. La página web de la GuiaTV, da paso a la de la meteo y las lecturas de entretenimiento , caen casi al olvido para cogerle el relevo las guías de montaña.  La vida vuelve a cojer su cauce y con ello, mirando el tiempo durante toda la semana, también lo hace "el tiempo para ricos"; toda ha ido luciendo días soleados de verano y es llegar el fin de semana, y la cosa se "tuerce" al lado malo.  Si antes no nos echaban estos temas para atrás; ahora que hay que recuperar "materia atrasada", menos.


Rato antes de que "la autoridad" nos abra la puerta del corral, estamos en danza y con la cabeza dando vueltas al tema de tener que ir a la montaña y pendientes del reloj. No pierde así toda su esencia? Toda su libertad?
Puestos en camino al occidente foral, entre la tenue oscuridad se dejan intuir los nubarrones que se han venido a pasar el día. Llegados a las puertas del valle de la Sakana con Aralar , Andia y la Trinidad escondidas entre nubes; lo vemos claro y cambiamos a un plan b. Viendo la mala meteo, el tema del reloj y que de esta manera no puedes disfrutar en plenitud de la actividad, es la mejor decisión.

Nuestro destino inicial queda atrás y atravesamos el paso de las dos Hermanas dirección a la playa. Justo a los pies del famoso pueblo de la Goshua, a orillas del Larraun , echamos el ancla en el pueblito de Latasa. Ni un alma por la calle, el mayor barullo lo montan el canto de pájaros y el ladrido de algún perro; y nosotros sin alterar está paz rural  cojemos la mochila y a por la cima de la Trinidad de Irurtzun? de Aguinaga?

Erga (1094 m) y Ermita de Trinidad de Irurtzun desde Latasa
Ruta corta y fácil, aunque menos directa a la cima de Erga. Ascendiendo la vertiente N sin camino marcado y retorno por el camino de Aguinaga y bordeando dicha ladera. Datos GPS: 9 km; ± 730 m; 3-4 h.

Aún en penumbra nos alejamos de Latasa siguiendo la GR 21 y al pasar junto a un viejo puente de roca, la abandonamos a la derecha por una sendilla ...
... y ascendemos las tupidas laderas de Argain que separan los valles del Eraso y Larraun ...
... dirigiéndonos hacia "las entrañas" de este último, que acaba quedando a nuestros pies y en una panorámica ventana nos muestra parte de su esplendor ...
... con un mundo "verde"  a la espalda y avecinandose.
Sin adelantarnos a los acontecimientos,  disfrutamos de las vistas, llevándose el protagonismo total las moles de Dos Hermanas En este caso solo una.
Pensando que ya solo nos quedaba mirar al suelo y sudar, al poco damos con un desapercibido mirador con puesto de "vigilancia aviar"; del que nosotros divisamos alguna "nave" por las bajuras ...
... y una última vez Dos Hermanas, paraíso de trepadores.. sera que hay ganas.
Con Latasa pérdida por allá abajo y un amenazante frente, que incluso lanza algun estruendo ...
... tomamos el suave y solitario cordal NO de Artola ascendiendo en busca de la vertiente N del Erga con pocas vistas ...
... al ir cobijados por el hayedo, colandose algunas nieblas ...
... y algún momento de "txirimiri",  que dan un toque lúgubre al escenario por el que continuamos subiendo sin tregua ...
... pasando por la inadvertida cima de Artola (922 m) ...
... tras la que una bajada nos deja en las faldas del Erga;
 que no se ven, pero sabemos que están ahí.
Abandonamos el camino normal y empezamos la primera mitad del asalto a la N de Erga por "selva atlantica"  ...
... cruzandonos con los primeros seres vivos, 
unas escurridizas ovejas, al dejarla atrás ...
... y siguiendo la faena por terreno abierto, la rematamos subiendo 
las mullidas laderas inmersos en grises nieblas ...
... hasta que nos encontramos con los buzones y otro montañero , 
que nos marcan "la conquista" de la cima de Erga (1094 m).  
Foto de cima, Erga (1094 m). Leyre, 2M y 👆.

Disfrutar, lo que se dice, en lo alto más bien poco 
y pensamos en hacer una circular por Irurtzun ...
... para lo que continuamos por el pisado cordal del Erga, descendiendo hacia oriente mientras nos azotan las inclemencias ...
... y justo cuando toca desviarnos, vemos que la hora apremia, así que nuevo reajuste y vamos hasta la ermita de la Trinidad. Esta vez, ni poder disfrutar en ella de un agradable almuerzo.. todo se andará.
Descendemos una primera rampa por el amplio camino de Aguinaga y faldeando el Erga, subimos de nuevo al cordal de Artola para retornar a Latasa ...
... sin nada que admirar en el horizonte , así que hoy con "la cabeza gacha".
Descubrimos así que el suelo no es sólo donde pisamos para llegar a
admirar bellos panoramas y que a simple vista esconde "preciosos tesoros" ...
... de muy diversos colores ...
...  y de manera desapercibida, la naturaleza ejerce sus milagros, haciendo que de la muerte nazca la nueva vida ...
... en el bonito hayedo que cubre las laderas de Artola ...
... que esta primavera han recibido bonita "mano de pintura" de principio a fin.
Tanto nos entretienen los pequeños detalles, que el regreso se nos hace tan rápido que para cuando nos damos cuenta estamos en la regata de Eraso y seguido en Latasa, un minuto antes de dar el reloj la hora.

Con este bonito, aunque bastante conocido recorrido para nosotros,parece que daremos un nuevo salto en el escalafón. Y de verdad de la buena que ... "saboreamos" las largas jornadas de montaña en compañía, del vacío bajo los pies y la aspereza de la roca aferrándonos a "la vida". Veremos en estas futuras jornadas de desss..desconcierto.











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