jueves, 26 de octubre de 2023

Traversata tre valli Bagni di Masino

Ideas , planes, ambiciones.. todas a la vez se van hacia "un muro" difícil o más bien imposible de superar al instante y es que según las previsiones se acercan días intempestivos aderezados con lluvia a granel. Apunto de entrar en la cuenta atrás, me ronda en la cabeza apurar hasta el último instante por las pequeñas rocas de granito. No pensándolo demasiado pues toca seguir trabajando monto mi película y cuando ya tengo todo en mente, a última hora de la tarde me escribe Pietro.  Como de costumbre trae una propuesta de montaña a la que nose decir que no en verdad nose decir que no a ninguna 🤣 y ha pensando en acercarse a Valmasino a dar una larga vuelta con algo de "miga" por dos valles que caen hacia Bagni di Masino. Sin haber terminado de contármelo, ya estoy de un lado a otro rematando la mochila que siempre está casi lista para salir. Después ojeo el mapa, algo de info del recorrido y en cuanto cerramos el tema;  a la cama que otro día más que estrenamos las calles.

Puntuales, antes de que el mundo empiece con su particular jaleo mañanero, emprendemos el breve viaje hasta uno de los paraísos de la escalada. De mientras van pasando los lugares, los kilómetros y el tiempo vamos hablando de la ruta y de que el ambiente está más desapacible por arriba de lo que esperábamos. Aún así sale la opción de alargar un poco más ya siendo larga de por sí, a ninguno nos parece mal pero vamos  primero a por lo primero y después veremos que se puede y que apetece. Al son de que el cuentakilómetros va sumando, el termómetro va restando y en la mas fría y absoluta soledad nos plantamos en Bagni di Masino.
Sobre nuestras cabezas paredes de granito, bosque espeso y sobre todo ello, nubes grises y espesas. En cuanto paramos el coche, vencemos la tentación de quedar a su calor y echamos pie a tierra. Pietro se calza botas, yo me enfundó finos refajos y antes de que cale el frio salimos hacia las alturas.

Dados los primeros cuatro pasos en llano junto al ruinoso balneario,
el camino tira
pero TIRA TIRA  para arriba en dirección al refugio Gianetti.
Cubiertos por la espesura del mágico bosque de Bagni, notando el paso
 de  impresentables y guarr@s, que por alguna de sus "ventanas" deja
 ver faldas graníticas consumidas por el color gris y por
otras un difuminado cielo azul con imponentes montañas ...
... zigzagueamos por clara senda, remontando la Val Porcellizzo con la dulce
melodía de pájaros y el romper de las aguas contra la roca. Al poco
aunque parece mucho, no
 
pasamos junto a unas viejas baitas y con el trazado dando un  respiro, cruzamos
el estrecho paso de las termopilas para seguido "dar carpetazo" al arbolado escenario.
 De nuevo el tema "pica" y el día brilla en su máximo esplendor. Siguiendo la tiesa
 andada por las laderas occidentales de Cavalcorto, bajo sus verticalidades y junto
al cauce del Masino subimos largo muy largo rato con buena ración de desnivel
entre pastos, rocas y los más duros ejemplares ...
... apareciendo, tras gélido y breve momento pegados a las aguas, en el gran circo de Val Porcellizzo; donde la muralla de 3000s del Pizzo Badile nos recibe de frente.
Sin pausa atravesamos los alpinos pastos del circo en busca de cruzar "la frontera" entre  frescura y calidez, a la vez que nos plantamos ante la otra mitad del subidón que todavía queda. Piano piano, apenas hablando para guardar fuerzas y dejando por abajo los sombríos parajes de Valmasino,  vamos ganando altura por duras rampas que se desprenden desde la muralla fronteriza...
... pisando un terreno en que contrastan los
 colores otoñales de los rocosos pastos con
los primeros indicios de la llegada del frio ...
... mientras a la espalda las agresivas montañas del valle,
 preceden un mar de nubes sobre Valtellina y los salvajes Orobie.
 La roca va ganando protagonismo bajo nuestros pies ...
... y sin perder las marcas ni la buena traza, rematamos la paliza
 de casi 1400 m de desnivel por los dominios del gran Badile...
... llegando a las puertas del refugio Gianetti y a los pies de
las moles del Porcellizzo, apunto de marcar tiempo de "atletas".
La considerable paliza merece como mínimo
 una breve parada y un poco de almuerzo,  al
 mismo tiempo disfrutamos de lo que nos rodea
 plácidamente y no sudando la gota gorda. Sin
 dormirnos en los laureles al querer aprovechar este
regalo de día, tras  "reservar mesa" para comer
 salimos hacia el siguiente valle, que sin hablarlo..
sabemos el uno y el otro que no será el de bajada 😜.
En el mismo refugio nos unimos al Sentiero Roma y pasamos de la parte dura
 de subir a la parte más divertida
que también va de subir😂 . Bordeando las faldas del
cordal Porcellizzo-Barbacan por tramos de patear buena senda, alguno de
saltar de bloque en bloque y otros de atravesar inestables canchales ...
... manteniendo la altura, con ligeras sumas y restas
 de metros, nos aproximamos a las paredes del Barbacan.
Previendo acontecimientos, Pietro se equipa para en caso de verse
con poca confianza, seguir asegurado. Echando las primeras manos
por un fácil canalizo sin equipar 
ni falta que hace alcanzamos una gran
terraza bajo la vertiente N del Barbacan y poco más adelante el inicio
 del sentiero attrezatto. Lo que de lejos parecía desafiante, de cerca
 resulta menos y Pietro sale en cabeza. Una pequeña travesía con
los pies en tierra firme, continuamos trepando algunos metros
 sin sensaciones de vacío ni dificultad por una línea diagonal ...
... y nos encontramos en plena "pared", con la
cadena que desaparece. Viendo el suelo
por allá abajo, la tranquilidad sigue entre
nosotros. Sin opción a equivocación más
marcas rojas, recorremos amplia cengia ...
... adornada con el panorama hacia los primeros
 tresmiles del día y al valle de Porcellizzo ...
... plantándonos ante lo que nos queda, que pinta un poco más vertical.
Concentrados en cada paso, vamos para arriba en travesía a veces con
 cadena y otras sin ella.. hasta que en una de esas, se presenta una
chimenea muy rota, vertical y sin hierros. Nos detenemos, miramos
 alrededor y escasos metros más atrás, una flecha roja y al lado la
cadena. Retrocedemos y sin perder el buen camino, trepamos un
poco más por otra hendidura con pequeños resaltes, algun
paso ligeramente expuesto y placas de granito  ...
... alcanzando el estrecho Passo del Barbacan
 y suponiendo un gran momento superación para Pietro
 al no tener que usar cacharros ante el obstáculo vertical.
Importando poco la hora.. pues la comida en el refu va a estar igual de caliente antes o después y tiempo nos sobra para el plan B.. paramos en lo más alto. Soledad. Montañas hasta donde alcanza la vista. A nuestros pies Val Masino. El Disgrazia, una obsesión. 
A la que oímos "un rugido", el mensaje es claro.. hay a quien si
 le importa la hora que es. Volviendo la mirada al valle dell' oro
 y marcando objetivo en el refugio, nos lanzamos por el "carril" de
la vertiente soleada entre "dorada hierba" viendo el suelo cercano
 por momentos. Pensando en lo  "amable" que resulta este camino...
... entramos en un canalizo y nos quedamos en el borde
 de un resalte equipado. Cambiamos el chip y de la rapidez
 pasamos a los pies de plomo. Destrepamos los primeros
 metros y sigue una pulida placa en la que tirar de cadena
 o adherencia con una pizca de suerte o pegamento, nos
hace aterrizar en tierra firme a los pies del Barbacan ...
... pero con todavía bajada por delante, aunque
 sin "emociones fuertes".  Piedras y pastos, un paso
tras otro y antes de lo pensado, llegamos al refugio
 Ommio justo a tiempo para poner la mesa.
Donde mejor nos parece "acomodamos  traseros" y calentados por el sol, primero aliviamos quejas y vaciamos mochilas. Cuando ya no queda que comer, levantamos la vista de la mesa. El mismo panorama que desde el passo, nos embelesa como si fuera la primera vez. Llamativas moles. Cavalcorto, el que vemos hasta en la sopa  y poca nos importa ...
... , una perspectiva diferente del valle dell' Oro pero sin ver tampoco nada
 brillante y cerrando el rato con algunas de sus alturas que lo acordonan..
es momento de recoger y decidir que hacer. Plan A o B.
Uno dice B. El otro también.. pues al lío. Vigilados por "La Sfinge"
en los dominios del Lingoncio
al que poco caso hicimos en la anterior bajada ...
... mientras nosotros dominamos sobre el hoyo en que
 se encuentra Bagni de Masino y  un dorado escenario...
... circunvalamos el colgado valle intentando seguir el camino,
por a veces mullido y resbaladizo terreno otras por blando y húmedo,
 sin apenas traza y no demasiadas marcas para acercarnos a la base
 de una enorme placa de granito
haciendo  arder en deseos de calzarse los gatos y entrarle .
 Conformándonos con ir a su lado, calentamos una vez más las piernas
 por tiesa rampa entre hierba y piedras ...
... poniendo delante de nuestras narices un canalón con la última subida. De
 fuera se ve roto y tieso. Entramos y lo corroboramos. Armados de paciencia a
 la vez que pisamos con delicadeza, subimos algo más de 100 m que parecen
 el doble y nos asomamos a Val Merdarola en la Bocchetta di Medaccio.
Miramos abajo y no se ve el final. Yendo por partes, nos lanzamos por donde mandan las marcas sin senda alguna y caemos al alpe di Merdarola. El camino y marcas no se divisan ni queriendo y aunque el rumbo es claro, probamos suerte con unas amistosas yeguas que nos asedian. Sin sacar nada, navegamos en descenso sin tregua por el inhóspito valle ...
... atravesando pastos, siguiendo por laberintico terreno
 de monte bajo en que el suelo hace honor al nombre del
 valle 
MERDArola
 y cuando el sol zanja su actuación pero con luz para rato,
nos vemos envueltos de nuevo por los bosques de Masino.
Claro camino nos vuelve acompañar. La escena
adornada por paredones, cascadas y un monumental
 bosque nos lleva a descender en picado lo que resta
para cerrar la vuelta en terreno de escaladores
 y directos a unos días de meteo mala muy mala..
 tras los que veremos como queda el temario 🗻.
⛰️Del Rio⛰️

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