lunes, 28 de marzo de 2022

Travesía de la Costa: Hondarribia-Pasaia

Inesperados acontecimientos provocan que a las puertas del finde tengamos que plantear un viaje a las faldas de Jaizkibel, aunque no precisamente para subirlo sino por obligación. De forma radical cambia cualquier cosa que nos rondaba la cabeza y empiezo a planear un "ir-hacer-volver", intentando perder lo menos posible de lo poco de libertad que tiene la semana. Casi con el plan terminado en la cabeza, a Leyre se le ocurre que.. porque no aprovechar el viaje?? Estar por alla el finde, cambiar de aires y aunar "monte y mar". De primeras no me llama demasiado, pero al poco recuerdo que tenemos pendiente una bonita travesía por la zona y por segunda vez en poco tiempo deshacemos y rehacemos el incierto curso de la vida. Al momento de decidirlo, seguido preparamos equipajes ligeros y poco más, quedando a la espera de salir al mundo en la recta final del invierno y a la vez de la linea que normalmente acostumbramos.

El cambio de aires de las alturas pirenaicas a sus bajuras occidentales nos sienta mejor que bien, eso o el buen comer y "descansar" por un día que también puede ser. Observando la infinidad del mar bajo la luna llena y escuchando su melodioso silencio, después de haber concluido la faena que nos ha traído hasta aquí, nos dejamos cautivar por la cama. Cuanto antes cerramos los ojos y viajamos entre sueños a la larga jornada de montaña y costa que nos espera.
Ni permitiendo que " monten el escenario", prendemos motores en el vecindario de casas rodantes y bajamos hasta Hondarribia.  En ese rato muerto en que l@s moradores de la noche vuelven a casa y l@s del día empiezan a pensar en salir; aparcamos lo más cerca que podemos de la orilla del mar y enfundándonos en las mochilas, mientras el sol se deja únicamente intuir a un cielo pintado de gris, nos damos por preparados para la faena.. una bonita faena entre el mar y la montaña.

Por las desérticas calles de Hondarribia siguiendo los carteles que guían hacia el famoso faro en vez de seguir la GR11; a ritmo suave ,para ir despertando al cuerpo, avanzamos a la par del extremo de la costa vasca al principio por zonas poco vistosas y un poco mas arriba del borde del mar, que al final compensa con bonitas vistas de la bahía ...
... antes de dar con el lugar donde nace o muere,
según el punto de vista, el pirineo: el Faro de Higuer.
Justo desde donde se extienden casi 500 km de antiguas rocas hacia donde nace el sol , nos unimos a la GR121 y  casi llaneando por sinuoso camino de arena a la par del mar cantábrico nos alejamos del faro  ...
... adentrándonos entre los verdes parajes humedal de Aizporaundi de Jaizkibel ...
... y la artística costa cantábrica; llena de formas y rincones
 de ensueño en los que todavía reina la paz absoluta .
No desaprovechando el regalo de la naturaleza y que un rugido de lo más profundo irrumpe con fuerza; en un banco hecho de un tronco de pino que encontramos,
tomamos buen asiento y mientras desayunamos, admiramos el paisaje marítimo
con la melodía de pajaricos y el romper del oleaje contra la costa.
Entre pinos marítimos reemprendemos la marcha, dando
la impresión de estar lejos del mar ...
... pero no tardando en dejarlos atrás; en soledad las marcas rojiblancas nos llevan paseando, en continuo sube-baja y vuelta a empezar, a la par de las frías aguas del cantábrico ...
... a la vez que faldeamos la vertiente N de Jaizkibel por
sus verdes prados ocupados por el ganado, que pasta a sus anchas ...
... y al otro lado del que no se ve el final, admiramos verdaderas
 obras de arte de la naturaleza en arenisca ...
... sobre las que desgastamos las suelas de las zapatillas sin dificultad alguna 
atravesando  bonitos parajes poco usuales
para nosotros de la costa vasca...
... llevándonos junto al llamativo cabo de Bioznar,
donde toca volver a lo que acostumbramos.
Antes de despedirnos, nos acercamos un poco al puntiagudo saliente de roca y bajo el vuelo de gaviotas y cormoranes observamos el mar, sus curiosas formas rocosas que dibujan la costa.. en la que quizá marcamos algun futurible y puede que no tardemos en volver a lares como estos.
Orientando el rumbo hacia las pequeñas alturas ...
... mientras compartimos al fin estos lares con gente de muy diferentes maneras,
seguimos sin perder la GR por sendas y pistas ganando altura sin tregua; engullidos por pinares, pastos y parajes casi "selváticos" del bco. de Aierdi ...

Foto de Leyre
... adornado con los primeros
 colores de primavera ...
... nos elevamos casi medio kilometro vertical sobre el mar, apareciendo ante
la poco usada carretera
pero muy ruidosa y el punto más alto de la mole costera.
Nada más cambiar de lado del asfalto, nos apartamos por
 un poco de la GR y haciendo un último esfuerzo tiramos tieso
por un desdibujado sendero entre altas hierbas ...
... que nos lleva , peleando un poco con alguna cuesta
y mucho con la ventolera, a la cima de Jaizkibel (545m).
y Leyre en la cima de Jaizkibel (545 m),
con las melenas al viento.
Aguantando el vendaval , lanzamos una rápida oteada al horizonte. 
Al este la bahía de Txingudi, superpoblada por dos naciones
y difuminado entre las nubes las Landas ...
... queriendo mirar casi al S, entre un panorama muy civilizado destacan las primeras pequeñas cumbres del pirineo Larhun y Peñas de Aia ...
... zanjando el breve momento; la vista sigue por el cordal oriental, con una curiosa construcción de materiales reciclados en plena cima y al fondo apunta al final de esta bonita travesía.
A prisas bajamos de lo alto y en cuanto encontramos un poco de cobijo del aire, paramos. Siendo buena hora paramos tranquilamente a descansar, disfrutar de la recompensa para la vista que nos brinda la zona de Pasaia y saciar el hambre ,que aprieta desde hace un rato, con lo bueno que cargábamos en la mochila. 
Haciendo un esfuerzo sobrehumano
retomamos la andanza ...
... alejándonos de la cima por un estrecho sendero que nos une ,poco
más adelante de donde dejamos, con la GR121 ; la cual nos conduce por el
cordal oriental sin apenas vistas y en rápido descenso, con alguna pequeña
sorpresa de hacer sudar ...
... rodeados de salvaje y colorida vegetación
 además de los restos de tres antiguos torreones ...
... a los que le sigue, después de marcar el próximo objetivo en
la "tachuela" que asoma sobre el bosque, una bajada directa hasta la carretera.
Tirando a por lo poco que queda, faldeamos el pequeño Mitxintxola y una vez cerca de la costa; giramos por un momento la cabeza hacia atrás, viendo gran parte del pequeño paraíso que hemos atravesado ...
... enfilando sin tardar hacia el mar y descendiendo directos por la cresta del gallo hasta terminar la travesía en Pasaia ; donde empieza una segunda parte de la aventura entre grandes multitudes, campos de baldosas y brea , "gigantes de hormigón y hierro", "monstruos que surcan las aguas" e incluso "bestias de ruedas".. que "domando" una de las más grandes de ellas; nos devuelve a Hondarribia, concluyendo esta aventura por las pequeñas alturas y fuera de los paisajes que acostumbramos .
Foto de Leyre
🗻Del Rìo🗻

No hay comentarios:

Publicar un comentario