jueves, 26 de agosto de 2021

"Pineta sin tregua": El Pico

En cuanto zanjamos el peculiar y ferroso "camino" por llamarlo de alguna manera ,plegamos de las tierras sureñas y subimos al reino de las grandes alturas en busca de algo más de fresquito. Ni con suerte encontramos lo que buscamos y en las orillas del Cinca, donde quizá se podría sufrir algo menos; están abarrotadas en todo su largo de gente. Seguimos para arriba y antes de tiempo entramos en la trasera de Ordesa, el verde y vertical valle de Pineta; viendo desde la terraza del tranquilo refugio los montañones entre los que están nuestros dos próximos objetivos. El día llega a su fin bien temprano después de las tareas previas, con mucho aire y dando al olfato que se avecina "movida" de los cielos..que nos va a tocar "poner las calles".

Cuando son las horas más oscuras, que coinciden con las más frescas y agradables, después de "la juerga del cielo" empiezo la danza ya arreglado nada más salir del catre; mientras hay quien remolonea  y acaba levantándose, no con el pie izquierdo pero si entre alguna queja de poco fundamento. En un "ti-ta" tenemos recogido el txiringito y dando el tiempo justo para corriendo echar al "depósito" una barrita, arreamos hacia lo más profundo del valle de Pineta. Entre negros parajes y sin un alma a estas horas que las recorra, nos abrimos camino a "andanadas" de potente luz de los faros hasta irrumpir en las afueras del "apagado" refugio de Pineta.
Sigilosos y sin demora saltamos a escena, alumbrados con solo las luces de los frontales. Envueltos por un ambiente fresco, tras poner un poco de protección contra sus temperaturas y rematar el acicalarse ; emprendemos la andanza hacia dos de los lejanos grandes de la zona.

Paseando entre oscuros parajes unimos "sin despeinarnos"
el refugio de Pineta con la desolada Pradera;
en la que nos encaminamos, poniendo un poco de pendiente
y en soledad , hacia el famoso balcón de Pineta por el camino
de Marboré bajo el cobijo de los últimos arbolados del valle ...
... quedando estos atrás poco a poco al ir acercándonos al "estruendo" de las aguas de la Cascada del Cinca; momento también en que la noche empieza a perder fuerza y vemos con algo más de claridad a donde tenemos que llegar de primeras. Allá arriba!!! Donde casi se unen cielo y tierra.
Mostrándose un espectáculo de luces tras la "cuadrilla" de grandes cumbres de La Munia ...
... vamos para arriba a piñón sobre las herbosas laderas del circo de Pineta siguiendo el repisado camino y por alguna placa rocosa, remontando casi un interminable y tieso kilómetro vertical, adelantando a una cuadrilla de más madrugadores ...
...  rodeados de un entorno alpino que pone la vertiente N del Pico Añisclo,
sin faltar algo de colorido de los lirios ...
... yendo a parar bajo las verticalidades del piramidal pico Pineta,
a cuyos pies una manada de sarrios campan a sus anchas ...
... para sin tregua seguir por otro "majo" repecho, que se hace demasiado y dónde otra cuadrilla baja después de a ver sufrido las inclemencias nocturnas de las tormentas, por el pedregoso y amplio zigzagueo del "embudo" final ...
... hasta llegar con no poco esfuerzo y sudor a uno de los grandes miradores de la zona; el Balcón de Pineta, dominando casi al completo sobre el bonito valle.
Fuerte y desagradable viento nos hace buscar cobijo entre rocas para reponernos del subidón, a la vez que respiramos la paz de este agreste entorno y contemplamos la imponente cara N de Mt. Perdido FUTURIBLE ,su mermado glaciar y el Cilindro otro más en la lista de pendientes.
Viendo todavía en la lejanía los dos Astazus hacia los que nos dirigimos ...
... llaneamos entre el caos rocoso de las planas de Marmorès
tras una cuadrilla de corredores, sufriendo lo de todos
solo uno con la lengua fuera, bajo la N de las tres Serols ...
... apareciendo a orillas del cautivador Ibón de Marbore, donde ponemos todas las cartas sobre la mesa y abortamos "misión" a los Astazus. Pero el tema no se acaba todavía.
Pasamos directos al plan B, más asequible y tras el que aún quedarán fuerzas
para el tremendo bajadón, apuntando a la pirámide rocosa del pico Pineta;
 acercándonos a sus faldas mientras bordeamos las claras y tranquilas aguas
del ibón hacia el Este, atravesando unas cuantas suites ocupadas .
Guardadas las espaldas por los más grandes del lugar, atacamos
en tieso caminar la muralla Sur de la frontera por una
vira pedregosa y ligeramente verdosa ...
... en la que se esconden bonitos tesoros en forma de Edelweiss ..
... y encaminados por algunos hitos sobre el rocoso terreno,
echando algo de manos fácilmente por la rugosa y agrietada caliza ...
... salimos a lo alto de la cresta, viendo las alturas de la zona de Gavarnie  y Estaubé.
A caballo entre Francia y España, con el circo de Estaube por allí y el de
Marbore por acá, cresteamos la línea SO salvando algun profundo agujero
 y alguna que otra trepadilla ...
... hasta hollar la solitaria cumbre del Pico/ Marmorès de Pineta ( 2861 m). De recompensa un panorama en 360º nos desborda la vista hacia Estaube, el valle de Pineta, las cumbres de La Munia y las del Perdido.. aunque sin quitarles la vista a los Astazus que se resisten por segunda vez, A LA TERCERA LA VENCIDA.
Foto cimera en el Pico/Marmorès de Pineta (2861 m)
👆 y Edu.

Nada más unos efímeros instantes, el aire que arrea por las alturas nos deja deleitarnos en total soledad con el entorno; invitándonos , mientras ya sube algún@ que otr@ a esta "ensombrecida" cumbre, a clavar la mira en las verdes bajuras de Pineta ...
... lanzándonos a ritmo ligero sobre nuestros pasos a favor de las tiesas
laderas fronterizas, cayendo hasta casi tocar fondo en Marbore ...
... y con la carrerilla, sin parar deshacemos el camino por los llanos que un día estuvieron engullidos por el hielo hasta quedar prendados una última vez con la maravilla que se extiende a oriente del balcón de Pineta.
Gente y más gente que no para de subir, es lo primero que vemos cuando marcamos el destino final en el fondo del valle; así pues agiles para esquivar al personal y cuidadosos de no lanzar ningun piedra, metemos la directa y descendemos la tremenda y disfrutona rampa del balcón "levantando polvo" a nuestro paso, estando de vuelta en el refugio de otra carrerita vertical a una solitaria cima en un entorno tan masificado,  justo a tiempo para sentarnos plácidamente a la mesa.
🗻Del Rìo🗻

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