martes, 6 de abril de 2021

Roncesvalles-Orbaitzeta y "tresmoles" de la Aezkoa

De la noche a la mañana como quien dice, la primavera saca a relucir su lado más extremo y viviendo en situación normal significaría una nueva partida de Tetris en el armario para hacerle hueco a los bultos del invierno. Pero con esto que tenemos encima y que no conseguimos desquitar, apenas han visto la luz y nos liberamos de meter alguna hora extra de preparativos de cara a esta, esperemos que más, "alegre" estación.. estando ya dispuestos para entrar en acción por cualquier tipo de terreno.
Igual que depredadores al acechó de su presa, el mismo viernes en cuanto va a sonar la campana estamos por saltar a escena de un soleado e intenso finde. En el último momento, el esperado giro en la meteo para la tarde nos hace replanteárnoslo y ni lo intentamos. Por ahora a seguir "agazapados". 
La espera vale la pena y el sábado va como una jornada celestial por las paredes. Solecito, poca gente, nuevas vías y buen ambiente;  hasta que un vuelo empaña lo que queda. Al final, aún con todo, nos llevamos a la espalda unas buenas escaladas, pero también en la misma un "cosquilleo" que se sale de lo normal. Una vez en casa, con el cuerpo frío se notan unas molestias de la caída y da por pensar que quizá el gran día que está a punto de venir, toque verlo pasar desde el palco. Pero como hay dos opciones posibles y el que todo siga su curso es la más probable, dejo las cosas en planta por si las moscas.

Incumpliendo aquello de "noches alegres mañanas tristes" y embarullado por la hora del despertador que nunca estás seguro de si se cambia sola o no, amanezco de una pieza ligeramente maltrecha. Siendo insuficiente el mal que se nota, no lo pienso demasiado y pongo a funcionar el plan cuando el mundo todavía ni ha empezado a girar. Preparado con "look" veraniego, salgo a unas calles donde todavía reinan oscuridad y silencio, y sin demora prendo motores para dirigirme a Roncesvalles.
Un ambiente gélido, que desentona a un nivel superior con mis pintas, me da la bienvenida al lado de la colegiata sin un alma a la vista. Pasados esos escasos minutos que el coche todavía irradia calor, el inconsciente se impone al subconsciente que no quería "ni asomar la patita" y salgo ,con "dudas" de que tal responderá el regalo de ayer,  a por todas.

A velocidad de crucero, sacando el frío a la sombra del espeso hayedo ...
...empiezo por unos instantes a la contra del peregrinaje y continuo por el Grt 7 a buscar los rayos de sol y la GR 11, desde donde contempló una porción de los parajes de la Aezkoa ...
... y me encaminó por la transpirenaica hacia el mediterráneo, faldeando sin esfuerzos exagerados las bonitas, arboladas y solitarias faldas sureñas de Ortzantzurieta ...
... completando casi toda la parte fácil del recorrido en la fábrica de Armas de Orbaitzeta, dando con un frío y escueto desayuno mientras "husmeo" en sus ruinas.
Dejando atrás la gran senda y la vieja fabrica,  remontó por pista el apacible valle entre Murukoa y Mendilatz, solo alterado puntualmente por algún coche; pasando junto al clausurado refugio de Izpegi y poco más adelante casi plantado en el collado homónimo, se abre ante mis "las entrañas" de las montañas aezkoanas.
Superada la mitad de la vuelta, me uno a la GR12 para deshacer el camino en dirección de vuelta al océano y sin tregua subo por las laderas de la vaguada de Etzangio; primero entre el barrizal de sus últimas hayas y siguiendo por coloridos y tiesos pastos ...
... al collado de Soraluze, donde hago un primer paréntesis en la gran senda, apuntando al famoso torreón vigía de estas tierras ...
... con el más salvaje y alto pirineo como telón de fondo ..
... subiendo por las mullidas lomas meridionales del Urkullu al rocoso y "destroza- tobillos" cordal, sobre el que perfilando la frontera con la zona de Izpegi y el puntiagudo Errotzate a la zaga ...
... llego a la cima de Urkullu( 1412 m) y los restos de su antiguo torreón, está vez con "los atuendos de verano".
Imperando en la cima un frío viento, antes de quedarme "pajarillo" me lanzo en rápido descenso por la vertiente Oeste , cayendo al coll. de Arnoztegi y enlazando, guiado de nuevo por las marcas rojiblancas, con el de Bentarte ...
... donde con "la carrerilla" que traigo más lo que empuja el aire, subo la herbosa cuesta que me aleja de la frontera con vistas al abarrotado Urkullu y aparezco más solo que la una en lo alto de Txangoa ( 1467 m).
Sobre la divisoria de la solitaria montaña me dirijo a la que me queda, descendiendo en disfrutona y corta carrera por su también herbosa vertiente occidental; a cuyos pies entro a una zona arbolada y vuelvo a juntarme con la GR y el camino de Santiago Frances.
Mirando de cerca una última vez el territorio francés,
desde el destartalado Izandorre que depende a quien y cuando le puede parecer el mayor de los lujos ... 
... sigo por las laderas de Astobizkar, tirando para arriba sin tregua ni perdida por el amplio camino de Santiago mientras a la izquierda quedan los dominios de Txangoa y Urkullu ...
... hasta que me asomo a los de la famosa colegiata de Roncesvalles
 en el collado de Lepoeder ...
... pero que todavía tendrán que esperar y apunto, una ultima vez
fuera de los caminos balizados, a la cumbre más alta de la zona.
Por maltrecho asfalto me acerco, siguiendo el cordal montañoso de Roncesvalles , a los pies de la gran cumbre y con una "arremetida" final en dirección ascendente , que sin ser mucho sabe a demasiado ...
... acabo en Ortzantzurieta (1566  m), punto más alto de
la zona y donde acaban mis conquistas.
En lo que tardó en recobrar el aliento, oteo el gran panorama montañoso que se extiende a mi alrededor y antes de que llegue la masa pongo rumbo al alto de Ibañeta ...
... pero de vuelta en Lepoeder, cambio los planes. Abandono las alturas para meterme en el denso hayedo ...
... bajo cuyo amparo y extraña soledad, mandado por las fechas del camino de Santiago y sobre una alfombra otoñal pierdo altura sin frenos regresando a Roncesvalles, endiñando a las zapatillas otra buena vuelta por rincones y cumbres de la Aezkoa.
🗻Del Rìo🗻

2 comentarios:

  1. Hola Oscar.

    Un recorrido con unos paisajes muy variados. Bosque, pradera, roca y unas vistas cojonudas desde la cima. Poco más se puede pedir.

    Salud y montaña

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  2. Que tal Eduardo!! jeje es una buena vuelta, aunque son rincones muy conocidos y frecuentados. Pero eligiendo bien las horas una gozada jejejej

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