Tradiciones perdidas por unas cosas u otras, en esta ocasión los hilos del destino han querido que retomarlas sea una opción y uno no quiere dejarlo pasar.
Entre comilonas, turrones y demás.. cuando aun hay quien no ha zanjado la nochebuena, salgo de casa y bajo un estrellado cielo me presento en Unzue, a los pies de su peñasco. Sigiloso me enfundo las botas y aun sin el mas mínimo atisbo de luz en el horizonte.. me pongo al lio como años atrás.
Ós
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