viernes, 20 de septiembre de 2019

"Alpinismo de segunda ": Gran Paradiso (4061m)

Este camino siempre es largo y parece que nunca vemos su final, al contrario del resto del mundo que opinan se pasa demasiado rápido. Y es que las esperas son largas, y más si hablamos para las ansiadas vacaciones. 
Como venimos acostumbrando, daremos el salto a terreno alpino en los últimos coletazos de temporada y en esta ocasión nos moveremos entre sus "reinas". Sin excedernos en cuanto a ambición se refiere, con paciencia y en equipo vamos investigando y barajando las posibilidades que nos brinda el valle d' aosta. Para antes de que siquiera lleguemos a "oler" las fechas, tenemos preparado un complaciente plan para casi todos los gustos, menos para los que son de playa.

La vida vuelve a  encauzarse hacia la normalidad y es cuando empezamos la cuenta atrás. Es momento de preparar todo y no olvidar nada; pero además dejar a punto "la máquina" , la de dos patas. Pues en cuanto suena la campana y la semana llega a su fin, es el esperado momento de partir. Así nos unimos a la batalla campal por las carreteras , que se lee rápido pero pasó lenta ; sobreviviendo a loc@s al volante, borrones de rayas continuas y tras ser recibidos con fuegos artificiales; afrontamos buen subidón , que sin hacernos sudar, nos planta a las puertas del valle de Aosta. Las horas y el reinado de la oscuridad nos fuerzan a"aclimatarnos", con una cabezada, al frescor de estos lares en los que acabamos de entrar. 

Pensando en recibir el nuevo día con una bonita estampa, lo único que se estampa son unos pocos copos, que nos dan los buenos días entre un monótono paisaje gris. Como alma que lleva el diablo fugamos del Col du Petit Saint-Bernard y "nos dejamos querer" por las paradisíacas bajuras de Aosta. Poco podemos disfrutar de ellas, pues los últimos remates a las mochilas nos atañen antes de aventurarnos en nuestro reto; al que no hacemos, ni queremos hacer, esperar. Abandonamos el amplio valle y nos adentramos en las angosturas de Valsavarenche, que tras una larga remontada nos lleva hasta Pont, donde no podemos avanzar más y "amarramos" el auto.

Pont a Refugio Vittorio Emanuele II
Aproximación facil y corta al refugio Emanuele II, que parte desde el amplio parking de Pont. Camino marcado y bien definido. Refugio del CAI, capacidad 120 pax y precio MP 43'5€.  Datos GPS: 5'3 km; +760 m; 2-3 h.

A los pies de un anubarrado panorama alpino nos enfundamos botas
y cargamos mochilas, dispuestos a conseguir nuestro primer 4000.
Por el fondo de valle emprendemos la andanza, paseando a contracorriente de las aguas del Savara por cómodos caminos de la orilla oriental ...
... llegando hasta el Refugio Tetras Lyre, donde se acaba "lo bueno".
Entre pinos silvestres cojemos una senda empedrada ...
... que pasa junto a alguna bonita cascada ...
... tras la que salimos a terreno abierto, viendo hasta el sol, y ganamos altura zigzagueando sin descanso por las laderas O del Montcorvé ...
... mientras el Valsavarenche queda a nuestros pies ...
... y al pasar al lado de un "vivac vasco", las alturas alpinas nos encandilan.
Continuamos con nuestro claro camino, que compartimos con mucha gente y poco a poco va perdiendo inclinación ...
... a la vez que va ganando en espectacularidad, motivo por el que dan ganas de pararse a disfrutar, pero estamos "a tiro piedra" del destino ... 
... y primero vamos al refugio a pillar hueco, 
que se ve "hasta la bandera".

Asentados en "el camarote" y con toda la tarde por delante; lo primero vamos al bar a reponernos del esfuerzo, pequeño, pero esfuerzo al fin y al cabo. Larga sentada nos deja casi con las pilas cargadas para lo que se avecina y de paso finiquitamos el plan de ataque y ojemos algo de "literatura italiana de montaña", a la vez que vemos pasar a los titanes de la TOR des glaciers. Mientras fuera, se parece ir "cocinando" una buena y antes de que los cielos "sirvan la ración", salimos a estirar las piernas. Reconocemos el terreno próximo y disfrutamos de las vista hasta que el fresco nos invita a retirarnos;viniendo al poco nuevos copos de nieve, que lo justo vemos caer.
Temprano cenamos bien y antes de que toda la tropa mueva, nos adelantamos. Dejamos todo listo y casi antes de caer la noche, nosotros ya hemos "caído" .


Más que pasar noche, echamos una siesta nocturna y para las 4 estamos en danza, junto a la otra mitad del refugio. Un desayuno rápido, en silencio sepulcral, es lo poco que echamos al depósito y sin perder ritmo seguimos con lo nuestro. 
Al salir del comedor es un ir y venir caótico de gente, con poco miramiento por el resto. Como podemos nos sumamos a la carrera y en un pequeño rincón enfundamos y ajustamos botas al milímetro; pues la tarea de esta vez, es la más exigente hasta el momento.  Tras "forrarnos" de pies a cabeza y el refugio quedarse en leve calma por un rato, vemos inminente el momento de entrar en juego. Con ello las piernas tiemblan por una mezcla de situaciones y sentimientos, cojemos aire profundamente y sin dudar ni por un instante y encendemos frontales para atacar rumbo a la cima del Gran Paradiso.

Gran Paradiso (4061 m) Via Normal
Ascensión alpina al Gran Paradiso, catalogado como un 4000 facil. Recorre terreno glaciar y un tramo final equipado con pasos de I-II. Datos GPS: 15'8 km; +1380 m, -2100 m; 12-13 h.

De primeras al salir del refugio 
el frío nos sobrecoge y nada más vemos oscuridad ...
... pero mirando más allá vemos una tropa de luces 
guiándonos al buen camino marcado con hitos ; 
que siguiéndolo por "terreno inadvertido" nos hace ir ganando altura ...
... dejando atrás el verdor,
 para dar paso a la roca y nieve ...
... hasta que la luz del día nos sorprende a la par del glaciar del Laveciau, mientras nos equipamos con toda "la cacharreria" y  se "destapan" las majestuosas cumbres alpinas.
La parada técnica nos deja "tiesos" de frío y al estilo rebaño, seguimos a los de delante, trepando por un espolón rocoso entre los glaciares del Laveciau y del Gran Paradiso ...
... viendo enseguida que vamos directos a un "fregau" 
y que nos hemos "equivocau".
En poco estamos "encarrilados" a las puertas del glaciar del Laveciau,
donde nos encordamos para seguir con la faena.
Rodeados por grandes grietas 
y sobre una recién "asfaltada autopista blanca"...
... ascendemos en procesión por el Glaciar entre moles rocosas ; saltando algunas grieta y en otras viéndonos las caras con el abismo ...
... hasta que tras una buena "apretada" vemos el sol 
y nos unimos al glaciar del Paradiso.
Pero el sol no es lo único que vemos, 
y es que al fin asoman las crestas del Paradiso.
Continuamos subiendo por terreno glaciar, sin grietas a la vista y con poco descanso; mientras un gélido viento nos azota en rumbo a "los acompañantes rocosos" del cuatromil ...
... hasta plantarnos a sus pies, donde por escalas superamos la rimaya 
y acabamos bajo "la gran cima" .
Abandonamos el glaciar y por la nueva trazada equipada, armados de paciencia para los atascos, flanqueamos la cresta por las repisas de la vertiente occidental ...
... para girar hacia cumbre al llegar a una brecha 
y trepando por unas verticales grapas ...
... superamos nuestro límite y hollamos la concurrida cima 
del Gran Paradiso (4061 m) ...
... desde la que sin bajar la guardia y con poca tranquilidad, toca disfrutar de ella y su desmedida panorámica. 
Foto express junto a la madonna del Gran Paradiso (4061 m).
👆 y Leyre. 

Siguiendo la corriente de gente, bajamos por la aérea cresta ; entrando de nuevo al glaciar y sufriendo "la cara oscura" de estas montañas para bajar la rimaya ...
... tras lo que un largo descenso tranquilo y rápido a la vez por los glaciares,
 nos devuelve a tierra firme y "segura".
Despojados de todo "cachivache", paramos a reponer fuerzas
y disfrutamos de las vistas que la oscuridad nos había privado.
Por camino ya pisado que nos resulta desconocido; guiados por los hitos entre roca y más roca, aliñada con resbaladiza nieve, vamos bajando con pies de plomo ...
... en rumbo claro hacia el "brillante" y lejano refugio ...
...tocándonos, tras dejar atrás "lo blanco",
destrepar un fácil murete ...
... para afrontar la última tirada del largo descenso, siguiendo buen camino que bordea la estribacion de Becca di Moncorvé ...
... y acaba, con unos equilibrios por bloques, en el Refugio Emanuele;
ya con vistas a las bajuras.
Podría parecer que con llegar al refugio ya estaba todo dicho, pero aún queda y despacio, apretados por el cansancio, deshacemos el serpenteante camino del refugio ...
... hasta tocar fondo en el valle dibujado por el Savara, 
donde pones final a la aventura alpina.

Una vez abajo, recobrado el aliento y acomodado de pies a cabeza; es cuando la cabeza trabaja con la poca cordura que nos queda. Echas un vistazo atrás y piensas.. BIEN!! Lo hemos conseguido, después de tener esta espinita desde tiempo atrás, al fin lo hemos hecho. Hemos llegado a nuestra primera cumbre de 4000 m, superandonos a nosotros mismo, con respeto hacia nuestra persona, al resto de alpinistas y por su puesto a la montaña ... asi se se te queda un cuerpo, una sensación difíciles de explicar. 
Pero no todo el mundo funciona de esta manera, pues hay gente que a toda costa solo quiere llegar y llevar hasta arriba. No importan los demas, solo ell@s mism@s y "te pisotean" para conseguir su objetivo. Es triste pero estas cosas ocurren, por suerte no abundan estos "personajes" y todavía podemos respirar ese buen ambiente de fraternidad montañera.

Con esto solo hemos hecho que empezar, aunque "los hierros" pasan a coger polvo hasta nuevo aviso.











👆#DeL RìO#👆

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