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16 agosto 2021

Un clásico de antaño. De "casa" a LA MESA

Aunque inmerso en una nueva vida, muchos de los temas pendientes de la pasada siguen vigentes y después de la espinita del Aneto, tocaba buscarle el momento a otra. En este caso una promesa con la idea  de que si alguna vez se volvía a abrir el refugio de Belagua; desde él ascendería, como antes de que estuviera el más cercano refugio de Linza era lo normal, al techo de Navarra: LA MESA DE LOS TRES REYES. Sin creer que la condición alguna vez llegara a cumplirse; el año pasado, a pesar de las dificultades que nos presento al mundo la vida, fue una grata realidad y eso conllevaba antes o después cumplir con lo prometido.. llevándome entre una cosa y otra a casi un año después.

En pleno ecuador de la semana, ese lapso de tiempo en que brilla el sol y solo puedes verlo desde el lado "malo" de la ventana, me calzo las zapatillas, echo la mochila ligera al hombro y con todo un explendido día por delante me dispongo a cumplir conmigo mismo. A una marcha por debajo de la que lleva el mundo, salgo del loco caos matutino de la ciudad y dirijo mi culo inquieto a la cabecera del valle más oriental del pirineo navarro. Un horizonte con luminosas nubes tras las que se esconden las grandes alturas de la zona, me reciben en rincón de Belagua y sin parar voy "al piso de arriba" hasta las puertas del mítico refugio.
Poco gentío con no grandes pretensiones, salvo disfrutar de las maravillas, empieza a movilizarse por los alrededores. Las pocas nubes que querían conquistar el lugar, han plegado rápido y siguiendo el ejemplo, salto al terreno en un "turno" más tardío de lo querido.. aunque con seguridad de estar de vuelta para la hora de comer a saber en que horas =P .

Igual que una res desbocada me alejo del refugio, descendiendo al través de las verdes y mullidas además de alejadas faldas de los Lakoras hacia los llanos de Eskilzarra y al meollo de grandes cumbres de Larra rodeado de abundante compañía vacuna ...
... cojiendo al poco la GR12 que me mete en el rocoso y estrecho
 paso de Zemeto; cruzándome con algun@s traveser@s que van a
 Linza y como ell@s por la gran ruta, me encamino hacia el techo navarro. 
Cubierto por el espeso frescor de los hayedos de Lapazarra ...
... voy para arriba ,con casi total disimulo, a toda mecha por los sinuosos senderos que me mandan las marcas roji-blancas con bonito y tranquilo panorama verde ...
... hasta casi lo alto de Latzagorria, desde donde las vistas se amplían y dejo atrás las alturas de Belagua: el conjunto de Keleta-Lakartxela, Bimbaleta, Coll. de Arrakogoiti y la muralla fronteriza de los Lakoras.
Viendo en primer plano el coll. de Aztaparreta, Txamantxoia y las estribaciones occidentales de La Paquiza con la vertiente N de la Sª de Alanos como telón de fondo; continuo "poliki-poliki", sin poder correr y lo justo intuyendo el camino, por el herboso balcón sobre rincón de Belagua  ...
... teniendo sobre la cabeza los verticales paredones de Lapazarra ...
... llegando hasta su extremo E en el coll. de Larreria; donde abandono la GR12
y apunto hacia la mole de Ukerdi, metiéndome en los perdidos parajes de Larra ...
... avanzando en total soledad y con poca prisa guiado por hitos ,
sin apenas desnivel, sobre la kárstica majada de Ukerdi
con todavía verdor y mucho pino negro ...
... combinados con el colorido de los lirios ...
... y largo rato después desemboco en la hoya del Portillo de Larra, bajo la estribación de cimas que viene desde La Table y viendo asomar a algunas de las conocidas del lugar.
Tras unos momentos de retomar la GR 12 y atravesar los pastos de la hoya, doy en su fondo con un cruce de caminos donde me aparto ella y por la ladera que limita "lo verde y vivo de lo grisáceo e inerte" , siguiendo un difuso camino que a veces desaparece entre los altos hierbajos , gano altura por tiesas rampas dando la espalda a La Paquiza de Linzola y acabo por unirme al muy usado camino de Linza.
Clavando la mirada en las puntas que sobresalen
 al final de la larga pared de Budogia...
... a su verá, entre gente que va y viene además de un multitudinario rebaño de lanudas sin custodia, asciendo dándole caña por la pedregosa senda a media ladera de la larga vaguada D´Escoueste ...
... pudiendo contemplar ,hacia lo profundo de nuestras tierras, la pequeña "tapia" que se estira del Mouscate y tras ella la larga proa de Petrechema con sus disgregadas agujas ...
... y acercándome a la gran pirámide de La Mesa,
dando fin a la más larga de las rampas en el coll. junto a Budogia.
Bordeo la vertiente S por una senda colgada sobre el circo
de Ansabere y termino atacando la "pared" por unas fáciles trepadas sobre
 terreno suelto que se encajonan un poco antes de montar sobre el amplio filo ...
... que tras unos pasos "aéreos" entre casi "tres aguas", 
llego a la cima de la Mesa de los Tres Reyes (2444 m).

Habiendo poco hueco en lo más alto, doy un vistazo rápido al panorama que tanto tiempo hacia que no contemplaba.. y antes era una tradición anual  que se presenta al N con el Anie destacando entre todas ...
... pero en lugar de plegar; busco un sitio apartado y tranquilo; donde sigo con el deleite para los sentidos del gusto por una parte y de la vista con Francia sumergida bajo las nubes y sobresaliendo la cuenca del Lac de Lhurs,  su pico a un lado y al otro los picos de Billare ...
... y con la llamativa Table de protagonista, oteo el resto del pirineo..
pensando en la que será la próxima que estará por ahí =P.
Apretando con ganas el sol, retomo la faena apuntando a las montañas que encierran Belagua alla en la lejanía y soltando frenos aunque sin "desconectar la precaución"  sobre terreno traicionero y rocoso deshago la gran rampa del Coll. de D´Escoueste, esquivando a mucha gente que todavía sube bajo la terrible calufa y tras pasar el desvío a la hoya de la Solana en soledad absoluta ...
... caigo por tiesa, pero mullida y coloreada ",
pala de vuelta a la hoya del Portillo de Larra.
Saciado de "aventura", sigo por la muy pisada GR12 subiendo una pequeña rampa ,pero que ya "pica", por los norteños flancos de La Paquiza mientras dejo tras de mi Budogia, la Hoya del Portillo, la de la Solana, Petrechema y Acherito; yendo a dar cómodamente hasta la parte alta del coll. de Larreria, donde me desvío de la bajada a Mata de Haya . 
Encaminado en "la recta final" me uno a parte conocida bajo las escarpaduras de Lapazarra y como un cohete, sin perder las marcas de gran recorrido ni importar que no se intuya el camino, deshago la larga diagonal sobre la cabezera del valle roncales y pongo fin a esta clásica ascensión al techo de Navarra desde el renovado Refugio de Belagua
🗻Del Rìo🗻

09 marzo 2021

"Winter Andia". El desenlace a 23 cimas y 1 estación

Toda aventura tiene un principio y un fin, pero esta ya tiene más de lo segundo que de lo primero. Su comienzo por parte de los artífices, Yoli y Aitor, fue allá  en los fríos y blancos días de enero sabiendo que la temporada invernal se venía diferente.. pero no por ello desdichada. Mirando a lo que se tiene al lado de casa y dándole un toque de gracia y motivación... se propusieron completar en la fría estación las 23 cumbres principales de la Sª de Andía. En jornadas de frío, de mucha pero mucha nieve, de nubes y las que no se pueden dejar pasar, dignas de los mejores días de verano; iban completando las diferentes y la mayoría desconocidas cimas, hasta quedar las tres últimas que forman la característica proa rocosa que domina sobre el valle de la Sakana. Siendo el cierre, piensan que la ocasión merece algo especial y nada mejor que echar noche dominando las alturas conquistadas desde el techo Andia. 
En una de estas nuevas maneras de  sociabilizar, nos comentan su plan y los dientes se nos ponen largos hasta tocar el suelo. La de veces que hemos pensado en subir allá a dormir, para al final "agua de borrajas" ..  y con una amable invitación, seguida de una rápida respuesta afirmativa; quedamos a la espera del alinear de los astros y un par de días que bien lo merezcan.

A falta de un mes para concluir el invierno, parece que el momento es propició y comienzan los preparativos. Esto y eso sí, para adentro. Aquello también y esto otro imprescindible, que no entra.. vuelta a empezar. Con la costumbre perdida, de hacer  mochilones, toca jugar con ellas como si fuera una partida del Tetris hasta dejarlas a punto y cebadas.  Casi en la recta final, terminamos de organizar el plan y marcamos hora y lugar de partida; mientras unos y otros permanecemos pendientes de la meteo que a priori viene más que decente para la ida y teniendo que cojerla con pinzas en la vuelta , aunque sin "caerse los cielos".. "Las cartas están repartidas y la jugada en marcha".
En horas poco convencionales, pero que se nos ajustan a la perfección, dejamos con muchas ganas cada cual su dulce morada y cuando esta un buen tropel hollando lo alto de la gran y puntiaguda pirámide que cierra la cuenca por el Oeste ; nos juntamos los cuatro en la rustica y "alborotada" capital del valle de Ollo. Dispuestos a salir y con las mochilas de camino a tomar posiciones en la espalda, nos echamos antes las manos a las cabezas y es que de entre las muchas cosas, se han quedado sin cargar las esterillas. Otra cosa podría pasar, pero siendo tan fundamental.. 
Para cuando uno se quiere dar cuenta, después de un poco de charloteo, el tema está solucionado y como si nada retomamos " la historia" justo donde se quedo a punto de dar el primer paso hacia el desenlace de "WINTER ANDIA".

Bajo un día pintado con colores alegres, abandonamos toda
comodidad civilizada y partimos por las faldas de "la proa" de Andia ...
... encaminándonos hacia sus altos por el amplio camino del bco. de Irazu , ganando altura con total disimulo y comodidad entre los verdes pastos de caballos ...
... a la vez que quedan atrás la cuenca de Pamplona y el valle de Ollo, hasta llegar bajo Satrustegi y casi haber superado la mitad del desnivel.
El camino cambia tras la balsa nueva y por un terreno muy primaveral ...
... avanzamos más tiesos siguiendo hitos y rastros de senda entre la multitud de matorrales, que nos protegen de las ferias y fuertes rachas de aire, en la cabecera de la vaguada formada por las líneas rocosas de Idoitxiki-Satrustegi-Txurregi con Txargain-Treku ...
... saliendo a los rasos de "la herradura", "campo de batalla" con los vientos, a la par del puerto de Irañeta ...
... y poco más adelante acabar asomados al vecino valle, donde se erige con presencia el Erga.
Igual que los marineros al canto de sirenas; el "magnetismo" que desprenden los verticales farallones rocosos que caen sobre La Sakana nos embelesan por unos instantes, haciendo incluso que detengamos la marcha.
Mirando un poco más allá, afinando la vista entra la bruma, distinguimos la blanca cordillera pirenaica ...
... y siguiendo una media vuelta, apuntando a los
dos primeros objetivos en la lejanía más cercana ...
... avanzamos en un interminable sube y baja por las suaves, verdes y redondeadas lomas entre puertos junto a los abismales canalizos ...
... pudiendo dominar en todo momento sobre el valle del Arakil y la más "amable" vertiente S de Aralar ...
... a la vez que intuimos, al otro lado, "el bocado" del Valle de Ergoiena ...
... y para cuando nos queremos percatar, hemos recorrido todas las elevaciones sin parar en el Amorro; que quedando para la vuelta, nos lanzamos en última pateada por los pastos sembrados de piedras del Portillo de Uharte ...
... plantandonos junto a la ermita de San Donato y San Cayetano, la más alta de nuestra geografía y que por una noche será nuestra morada.
Ojeado "el hotelito" de pocos lujos, que poco más necesitamos, y aunque para contar las veces que la hemos pisado nos falta dedos y manos; hay que hacer la visita de rigor y nos acercamos al punto más alto de la sierra, Beriain (1494 m).
Con tiempo por delante hasta " la función final", buscamos cobijo junto a una pared de la ermita a la vez que la calidez del sol y echamos las posaderas en buen lugar , para disfrutar de la inesperada tranquilidad de estos altos, de la rica comida y de la mejor de las compañías.
Liderados por el brillo del astro, cuando empieza a atenuar levemente,  ligeros como plumas vamos a la conquista en descenso de lo poco que queda de la verde meseta de Andia  ...
... culminando en la vigésimo tercera y última cima del reto #WINTERANDIA, Ihurbain (1416 m).
Foto en la cima de Ihurbain (1416 m). Aitor, Yoli, Leyre y ☝️. Foto Aitor y Yoli
Antes de comenzar el espectáculo de las últimas luces, tiramos "morro" abajo y nos asomamos a la espectacular brecha pendiente de repetir , PROMESA DE QUE ESTE AÑO NO PASA QUERIDO ...
... "tomando asiento" junto a sus fauces para mirar a "la gran pantalla" de poniente, yendo primero de todo los ojos al inalcanzable cordal vasco del Aizkorri ...
... y sin pestañear contemplamos las bonitas luces del sol "de invierno" escoltado por nubarrones, con el que parece que ya se acaba el día.
De vuelta "a casa", pensando en la cena caliente, entre poca luz y cada vez más penumbra; la madre tierra nos regala un escena extra con la impresionante salida de una luna redonda y brillante, que pone el broche a una jornada de altura.


Recogidos en los aposentos de la ermita, desplegamos chiringuito en un ambiente frío, pero por lo menos a resguardo de los ruidosos vientos y las espesas nieblas que han invadido las alturas. Cuando se oye salir rugidos de lo más profundo de algun@, pasamos a la cocina y prendemos los fogones. Comida caliente "de batalla", acompañada con curados manjares cárnicos y postre improvisado con lo poco que queda a la luz de las velas: supone una velada montañera perfecta, que cuesta despedir.. pero que para antes de que sea la hora de encierro y el fresquito de la noche se apodere totalmente de nosotros, estamos recogidos en los sacos con la esperanza de poder ver un bonito amanecer.

La noche ,como de costumbre, da para opiniones varias, aunque la de pasar frío y descansar poco es la que impera. Por si eso es poco, nuestro mayor deseo de disfrutar de un bonito amanecer se va a ver frustrado por las nieblas que todavía siguen entre nosotros y directos nos sentamos a la mesa.. a por otro tipo de disfrute. Un "pozal" de calientes calorías, pone en funcionamiento la máquina mientras la niebla pasa de color gris oscuro a gris claro acompañado de fina lluvia. Una buena sonrisa por parte de la suerte, hace cesar el caer del agua para cuando tenemos la casa colgada de la espalda y nos disponemos ha abandonar la que ha sido nuestra gélida morada de vuelta a la calida que a veces se echa en falta por unos instantes, y luego se pasa 😜.

Un mundo "tenebroso" domina todo
sin intención de dar paso a otro más seductor ...
... e irremediablemente toca sumergirse en el infinito mar gris; retornando de nuevo por lo más alto del cordal, subiendo y bajando todas y cada una de las redondeadas elevaciones entre La Sakana y "el corazón" de la Sª de Andia ...
...  teniendo algunas vistas hacia las bajuras
 desde los imponentes canalones de Andia ...
...  dando esta vez si que si con el buzón de Amorro (1349 m),
que ya habíamos pasado pero sin "pruebas".
Zanjadas la cuentas pendientes por las cumbres de Andía, en poco damos carpetazo al ambiente gris y con los cielos "entre Pinto y Valdemoro", ponemos rumbo descendente a la par del atractivo cresterío hacia el valle de Ollo ...
... donde concluimos la andanza con una compañía de categoría y una experiencia que precede a otras muchas grandes aventuras 😜.


Foto de Leyre












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